A veces, las soluciones para conseguir una ciudad más sostenible no requieren de la más alta tecnología, sino de fórmulas ingeniosas que coman terreno a los contaminantes coches para reconvertir ciertos espacios a usos para los peatones y habitantes del lugar. En WebUrbanist recopilaron información sobre 15 proyectos que reclaman las calles así, por las buenas, de una forma elegante y civilizada.
La idea básica es dar a las plazas de aparcamiento de las calles otros usos alternativos. La fórmula es simple: acotar la zona y comenzar a usarla. En ocasiones esto está autorizado por los ayuntamientos, como es el caso de cada vez más cafeterías y bares con terrazas; en otras ocasiones, el asunto se trata al estilo «guerrilla urbana» y se sitúa en una zona legal gris donde la normal es más bien «el primero que ocupa, gana».
Muchos de los proyectos tienen que ver con los aparcamientos para bicicletas reconvertidos: diseños ingeniosos que resultan más prácticos, divertidos o inteligentes. La idea es concienciar y animar a la gente a usar la bicicleta en vez del coche, con las ventajas tradicionales de ahorro de energía, emisiones contaminantes y ruidos. En Buenos Aires, por ejemplo, una simpática silueta de automóvil de madera, en donde se pueden encadenar las bicis, recuerda a la gente que caben diez de ellas en el mismo espacio en que se aparca un coche.
Otras ciudades, como Sao Paulo o San Francisco, han convertido algunas plazas de aparcamiento en mini-parques: espacios públicos con sus bancos para sentarse, algunas macetas con plantas e, incluso, conexiones para recargar los móviles o conectarse vía wifi. Una característica divertida es que existen, además de las versiones permanentes, versiones móviles de esta decoración urbana -como en México– que se puede transportar de un lugar a otro. En casi todos los diseños han participado autores y firmas de diseño de jóvenes promesas –aunque también las prestigiosas– que buscan ayudar a mejorar la sostenibilidad de las ciudades en que trabajan.
Entras las ideas más peculiares y originales hay quien ha reemplazado las plazas de aparcamiento por otras alternativas menos contaminantes como camas para echarse la siesta o pistas de baile (Berlín), contenedores llenos de plantas (San Francisco), espacios para practicar yoga o lugares en los que instalar una piscina de plástico en verano. En el llamado Parking Day de Dublín la gente reconvirtió las plazas en espacios para juegos infantiles como el Twister. Basta delimitar bien la zona, desplegar la decoración y ponerse a jugar.
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