Iniciar un negocio online es una tarea apasionante y muy exigente. Tenemos muchos puntos que atender, y uno de los más críticos es el del stock de productos. Muchas personas se preguntan por ello, y también acerca de si es necesario, o no, disponer de stock para comenzar un negocio online. La respuesta es que sí es posible comenzar sin stock, pero a medida que el negocio crezca y si queremos dar mejor servicio a los clientes, será necesario.

Como ya mencionamos en alguna ocasión, existen fórmulas para tener un negocio en el que no es necesario invertir en mercancía, como el dropshipping. Mediante esta fórmula, se realiza una intermediación entre el cliente final y el mayorista, ahorrando gastos del proceso de compra. Frente a todas sus ventajas (que son muchas e importantes), existen ciertas desventajas como la pérdida de control sobre muchos de los procesos de la venta, que quedan en manos del dropshipper. Además, tú serás el responsable final frente al cliente.

Disponer de stock es la mejor solución para tener un negocio 100% propio, controlar todo el proceso de compra y hacer crecer las ventas sin reducir márgenes de beneficio. Ahora bien, ¿cómo se organiza el stock para eCommerce?

Haz una buena previsión del stock necesario

Es difícil dimensionar a priori un stock perfecto, pero al menos debemos disponer de mercancías suficientes para un determinado período de tiempo, calculando la cantidad de productos que necesitamos tener para cubrir cualquier demanda imprevista. Lo que no queremos, bajo ningún concepto, es recibir pedidos que no podemos servir a tiempo porque debamos esperar a nuestro proveedor.

Todo dependerá de la frecuencia de pedidos que recibimos, nuestra capacidad para adquirir stock de productos, y dónde y cómo los almacenaremos. Este último punto es importante: si al principio manejamos cantidades pequeñas de género, el almacenaje será sencillo. También depende de la cantidad de referencias que pongamos a la venta, ya que si solo vendiésemos un producto (simplificando en extremo), la gestión sería muy simple: cuando las existencias bajan de determinado nivel, hacemos un nuevo pedido al proveedor.

¿Cuándo realizamos un pedido a nuestro proveedor?

Supongamos que nuestro proveedor nos sirve cualquier pedido en un plazo máximo, contando con todas las dificultades, de una semana. En ese caso debemos tener suficientes existencias como para servir pedidos durante esa semana (y sabremos aproximadamente cuántas existencias reservar para ello teniendo en cuenta nuestro historial de pedidos).

Para entender las cantidades que debemos pedir en cada momento es necesario conocer conceptos de gestión de stock como el stock mínimo, el máximo, o qué diferencia hay entre stock activo y de seguridad. En esta web puedes consultar estos conceptos.

Dicho esto, tenemos también varias opciones de gestión del stock, como el modelo Just in Time, en el que hacemos los pedidos al proveedor a medida que recibimos pedidos de los clientes. Esto funcionará siempre que el tiempo de servicio de nuestro proveedor sea mucho menor del tiempo de entrega pactado con nuestro cliente final. En otro caso, nos arriesgamos a no tener cintura para entregar el pedido, y nos arriesgamos a perder beneficios (y clientes).

Como es lógico estamos hablando de pequeños negocios; en otro caso, lo más indicado es disponer de un almacén, un profesional que controle el stock por completo, e incluso un partner logístico capaz de hacer una gestión eficiente al 100%. Para pequeñas empresas y negocios, desde los domésticos hasta las pymes con local independiente, la gestión de stock es más artesanal, pero igualmente crítica.


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