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El valor añadido es esa máxima que tanta importancia tiene actualmente en el comercio electrónico. Una vez que miles de empresas se han embarcado ya en este tipo de negocio y que la competencia se hace cada vez más feroz, apostar por diferenciarse en el mercado es la mayor garantía. Y, en ese recorrido, están también los fabricantes y proveedores de nuevas tecnologías, conocedores de que cualquier nueva prestación puede determinar mayores ventas online, como está siendo el caso de la realidad aumentada.

Este fenómeno, según la primera definición que ya se realizó en la década de los 90,  se basa en la combinación entre elementos de la realidad con elementos virtuales de manera que, según el grado de incidencia de unos u otro, se puede definir un espacio cuatridimensional: mundo real, realidad aumentada, virtualidad aumentada y mundo virtual. Sus peculiaridades han hecho que la industria se fije en ella, especialmente en el caso del comercio electrónico y de la publicidad.

Concretamente, para el sector del ecommerce, la utilización de la magia tecnológica ya está aportando beneficios a las empresas. Permite la interacción con el entorno, la búsqueda de información a través de la imagen, así como la creación de contenidos, gracias a los que el usuario realiza compras online con una visión de primera mano del producto y de sus prestaciones mediante cualquier soporte multimedia.

La web Tecnopole recoge las conclusiones que ha extraído la compañía Realmore, empresa especializada en esta tecnología: «la nueva tendencia en realidad aumentada está enfocada a nuevas aplicaciones móviles cada vez más funcionales, que no solo crean experiencias para el usuario, sino que le aportan soluciones y posibilidades ilimitadas y, al mismo tiempo, generan nuevas líneas de ingresos para las empresas». Aparte del dispositivo Google Glass, al que ya nos referimos en su relación con la movilidad sostenible, ya existen firmas como Realibit o EOI que relacionan esta tecnología con el mobile commerce y la ofrecen a grandes marcas de consumo.

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Son solo un par de ejemplos de los muchos que están proliferando y que se centran en que el valor añadido determine la compra. Como la posibilidad de adquirir un producto, ya sea desde el lineal del supermercado o desde la nevera, y que la realidad aumentada nos permita descubrir una serie de recetas asociadas al mismo o analizar el maridaje perfecto para un vino.

En Realmore consideran que las empresas que entienden el valor de la venta online apuestan cada vez más por esta tecnología. No en vano, existen soluciones de asistente de compras que permiten al cliente probarse productos como relojes, gafas de sol y ropa de manera virtual, consiguiendo una experiencia traducida en ventas posteriores y en información muy relevante para los departamentos de marketing.

El uso de las cuatro dimensiones permite generar bases de datos, saber cuántas interacciones se han realizado con el producto y cuántas veces ha sido compartido en redes sociales. En definitiva, se trata de ofrecer al usuario una experiencia casi real de la compra y fidelizarlo en el caso de que todo el proceso se desarrolle con un buen soporte; conjugándose los dos elementos más importantes: garantía y calidad visual.


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