Cada día se vuelve más complicado moverse por una ciudad. Más coches, más motos, más personas, pero parece que el desarrollo en la movilidad urbana no tiene en cuenta de forma tan directa tales cambios en la sociedad.
Desde aquí proponemos ciertas medidas que pueden ayudar a mejorar la forma y la calidad de nuestros desplazamientos dentro de nuestras ciudades.
Aumentar la densidad de las ciudades.
Al evitar el modelo anglosajón de ciudades bajas y extensas, favorecemos la demanda de transporte público y lo hace económicamente viable. El modelo urbanístico anglosajón conduce inevitablemente al uso del coche.
Integración de actividades.
El evitar crear núcleos urbanos con actividades específicas (ciudades universitarias, ciudad del golf, de la justicia, etc…), fomenta la creación de una ciudad como lugar de intercambio e interrelación de actividades y personas.
El transporte público cómo exigencia al urbanizar.
El dar protagonismo al transporte público a la hora de diseñar el plan urbanístico de una ciudad, hace del mismo transporte público el método más eficiente y rápido de moverse por la ciudad. Los Docklands de Londres son un buen ejemplo de ello.
Hacer del sistema ferroviario el principal protagonista del transporte público
Su gran capacidad y el hecho de que sea la energía eléctrica lo que los impulse, hace del tren del sistema más eficiente para el transporte de la población.
El transporte público ha de ser prioritario al coche.
Debido a su impacto ecológico, su capacidad de la vía, reducción en el uso del espacio público, el diseño de las ciudades ha de ser pensado hacia y para el transporte público.
Dar prioridad a las flotas verdes
Mejorar el transporte público, sobretodo los autobuses urbanos, con nuevas tecnologías que permitan reducir el impacto medioambiental.
Fomentar el uso compartido del coche
Compartir el viaje o utilizar un coche en multipropiedad hará del uso del coche algo más eficiente, evitando usar 1500 kilos de vehículo para desplazar a una persona de 80 kilos.
Gestión de aparcamientos.
Una de las formas más eficaces de reducir el uso del vehículo privado. Si no es posible aparcar, pues seguramente no se vendrá en coche.
Dar prioridad al peatón
La calle ha de ser del peatón. Volver a recuperar la calle por parte de los peatones es una de las cosas que mejoran el espacio público.
Sistema de bicicletas públicas.
Convertir la bicicleta en un medio y no en un fin de la movilidad. Servirá de empuje para la utilización de la bicicleta privada.
El desarrollo de un transporte sostenible asegura un futuro ordenado para nuestras ciudades, menos contaminación y la optimización de todos nuestros desplazamientos.
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