Joby S2

Dentro de la línea de nuevos medios de transportes personales se dieron a conocer más detalles sobre un curioso híbrido entre avión y helicóptero llamado Joby S2. Es un perfecto ejemplo de vehículo con aterrizaje y despegue en vertical (lo que en inglés se denomina VTOL, de vertical takeoff and landing), propulsado por una docena de hélices con poderosos motores. Y completamente limpio y no contaminante.

La empresa que lo fabrica está especializada en vehículos similares pero de menor tamaño, algunos de los cuales están en desarrollo con organizaciones como la NASA. Su Lotus, por ejemplo, es un dron que utiliza la misma filosofía pero no puede transportar pasajeros al ser más pequeño.

La idea de Joby es conseguir sistemas de propulsión más eficientes y reducir a la quinta parte la energía necesaria para desplazar las aeronaves. Una de las ideas básicas con las que juegan es la utilización de motores eléctricos como única fuente de energía; otra son las hélices móviles que pivotan 90 grados desde la posición vertical para el despegue hasta la horizontal para mover la aeronave hacia adelante.

Joby S2

Las cuatro hélices situadas en la parte trasera son las que están principalmente optimizadas para la propulsión; el resto (las ocho que se utilizan para el despegue y aterrizaje) pueden plegarse convenientemente para hacer que la forma de las alas sea completamente aerodinámica durante los trayectos largos. La importancia de esto es crucial, pues el factor aerodinámica y una baja resistencia al aire es algo que influye sobremanera en el consumo de energía durante cualquier trayecto. Las baterías que utiliza son de polímero de litio, una variante más eficiente de las que se suelen emplear para otros usos.

Todos estos conceptos salidos de la mesa de diseño, de vídeos animados en 3D y convertidos en prototipos, como el S2 que está actualmente en desarrollo, proporcionarían un «vehículo real» capaz de transportar a dos personas hasta unos 300 km de distancia a una velocidad de hasta 320 km/h. Otros prototipos sobre el papel, como el modelo LEAPTech, harían lo mismo pero a mayor escala: con cuatro asientos y volando hasta 8.000 pies de altura (unos 2.600 metros).

Lo único que sucede con este tipo de vehículos es que son muy caros de desarrollar al completo y también a la hora de pasar a la fase de fabricación industrial – la cuestión financiera aquí es clave: no solo vale tener una buena idea. Mientras tanto además deben navegar por las tormentosas aguas legales de los permisos y normativas de todo tipo. La empresa ha anunciado que irá dando a conocer más detalles sobre las especificaciones, fechas, precio y disponibilidad de sus diversos modelos a medida que vayan avanzando en su plan de desarrollo.


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