David contra Goliat, así podría plantearse la lucha comercial de las pequeñas empresas frente a las grandes. Pues bien: más allá de las apariencias, resulta que las pymes han encontrado en la red un aliado para aumentar su facturación y el volumen de sus ventas. No solo porque muchas han optado por volcar su tienda física en el mundo virtual, sino también porque han apostado por plantarle cara a los grandes con servicios añadidos que les diferencian de ellos.

Ganar visibilidad, ampliar mercado y hacer crecer las posibilidades de éxito. Esos son los principales hitos con los que los pequeños han decidido sumarse a ese incremento que ya se ha registrado a lo largo del primer cuatrimestre de 2013 (nada menos que un 13% más que en el mismo periodo del año anterior).

Está claro que el tamaño marca la diferencia. Ninguna pequeña ni mediana empresa podrá plantearse estrategias comerciales como las que puede afrontar, por ejemplo,  Amazon. Lo mencionamos como ejemplo porque, en lo que va de año, sus ventas han crecido como la espuma (ya ha registrado un incremento del 22% en su actividad electrónica). Y el motivo es claro: grandes descuentos y gastos de envío gratuitos. Dos ejes sobre los que su posicionamiento se ha disparado por las nubes.

¿Qué hacer cuando eres pequeño para competir? Está claro que en cuestiones de precio es complicado, pero también está claro que ofrecer servicios especiales ya se ha convertido en una manera de salvar las distancias. Y esa es la estrategia de las pymes: invertir en canal móvil y digital para afianzar su oferta ofreciendo, por ejemplo, vídeos de los productos (recordemos lo vital de las descripciones de producto, sea de la manera que sea, para romper la barrera que supone para muchos la compra a través del mundo virtual). Además, en la oferta de las pymes el servicio online al comprador se ha convertido en un puntal básico sumado a la gestión de gastos de envío gratuitos. Pero hay más porque para aquellos con tienda física, canalizar las devoluciones a través del mundo real (una ruptura, nuevamente, de la brecha virtual) se ha convertido en clave para vender de la misma manera que lo han hecho las redes sociales (tanto a través de publicidad como contando con presencia en redes sociales de fotografía, que suponen un auténtico catálogo de producto que amplía las posibilidades de ser encontrado en el maremagnum de la red).

Y, por último, algo que a los grandes se les escapa por cuestiones obvias: la pequeña empresa se ha sumado a la personalización, no solo de sus comunicaciones comerciales con los clientes sino también de los productos. Una manera fantástica de estar más cerca del potencial comprador, sin duda. Y un rasgo de diferenciación que rompe las distancias con los grandes.

Fotos | Ax Digital, Misión Turismo

 


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