ecommerce 28 novYa hemos hablado en otras ocasiones que, en el comercio electrónico, la internacionalización ha dejado de ser un reto para convertirse  en un esquema de negocio esencial para el éxito de cualquier proyecto. Se trata de dos conceptos inseparables que deben ser abordados desde la gestión empresarial con ideas y alternativas diferentes, adaptadas a este escenario global de actividad.

Y es que en este nuevo panorama, nos encontramos con que China es uno de los países favoritos de los españoles a la hora de internacionalizar sus negocios. Se trata de una manera diferente de hacer frente a todo el proceso de internacionalización en uno de los mercados más complicados y amplios del mundo. Actualmente, el comercio electrónico en China se encuentra en plena ebullición alcanzando los 19.662 millones de euros en el tercer trimestre de 2013. Las empresas que desean entrar tienen que realizar un esfuerzo constante y tener una estrategia clara, ya que se rige por normas muy diferentes a las occidentales.

Por ejemplo, la primera toma de contacto con China a través de las Redes Sociales propias del país y el ecommerce puede ser una buena opción a la hora de ir poco a poco introduciendo una nueva marca en la red empresarial china para posteriormente, introducirse de lleno en el mercado asiático. Y es que, para garantizar el éxito en la internacionalización de las actividades de comercio electrónico hay que adaptarse, primero,  a la demanda de cada mercado. Que no existan barreras territoriales no supone una uniformidad del mismo. La experiencia de uso por parte de los usuarios digitales, que es la esencia del éxito en el ecommerce, es diferenciada en cada mercado y depende de factores muy diversos, que hay que analizar e implementar con gran cuidado.

El otro concepto básico para el éxito de la internacionalización de las actividades de comercio electrónico es la logística. A estas alturas, está más que demostrado que un diseño incorrecto de la plataforma de distribución y transporte de cualquier mercancía, que dé lugar a  retrasos, pérdidas, entregas fallidas, devoluciones, roturas o desperfectos,  afectará a cualquier estrategia de negocio, por muy bien diseñado que esté.

El comercio digital ha igualado a grandes corporaciones y a pequeños negocios en su capacidad para acceder al mercado y el éxito depende ya solamente de la capacidad de cada uno para conocer, ofrecer y llegar mejor que su competidor.


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