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La bicicleta eléctrica ha pasado en unos pocos años de ser una curiosidad tecnológica, a ser un vehículo habitual en las calles de nuestras ciudades. Baterías que garantizan autonomías de hasta ochenta kilómetros, motores fiables y duraderos que apenas necesitan mantenimiento, con velocidades que nos permiten convivir con seguridad con el resto del tráfico rodado de la ciudad, son ya una realidad.

Ciudades como Madrid (BiciMAD) o San Sebastián (dBizi) ya las ofrecen en su servicio municipal de alquiler de bicicletas, y han demostrado ser la opción mas asequible, rápida y sobre todo sostenible de moverse por la ciudad.

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Uno de los motivos por los que la bicicleta eléctrica no ha crecido aún más, posiblemente sea por el elevado precio para adquirir una de ellas. Con precios que oscilan entre los ochocientos y los miles de euros, pueden echar para atrás a un gran número de personas.

Muchos fabricantes, conscientes de este problema, han sacado al mercado diferentes sistemas para convertir una bicicleta convencional en uno de los vehículos más eficientes, seguros y divertidos de conducir del mercado.

Ya hay diferentes sistemas para convertir una bicicleta convencional en un eléctrica Clic para tuitear

Kit eléctrico básico

Este sistema es posiblemente el más extendido a la par que asequible, ya que es el mismo que incorpora la práctica totalidad de las bicicletas eléctricas que puedes encontrar en el mercado.

Básicamente, está compuesto de tres elementos fundamentales: un motor que hará desplazarse al vehículo, una batería que proporcione energía a dicho motor, y un controlador que gestionará automáticamente el consumo de batería, la potencia del motor, o el sensor de pedaleo.

Se comercializan desde aproximadamente unos 300 euros, más o menos la mitad que una bicicleta eléctrica completa, permitiendo no solo un sustancial ahorro de dinero, sino la posibilidad de recuperar del trastero esa bici antigua y darle una nueva vida.

Desde unos 300 euros, más o menos la mitad que una bicicleta eléctrica completa se puede realizar el cambio Clic para tuitear

El único inconveniente de estos kits es su instalación. Son necesarios ciertos conocimientos básicos de mecánica de bicicletas, o llevar la bici a un taller especializado, para asegurar un correcto funcionamiento de la bici eléctrica.

Kits portátiles

Estos kits solucionan el problema de la instalación ofreciendo mecanismos que se acoplan a la bicicleta con gran facilidad. Tales sistemas son sencillos de usar, duraderos y muy ligeros, fáciles de transportar cuando necesitemos cargar sus baterías o protegerlo de posibles robos.

Share Roller es un ingenioso método de conversión eléctrico en el que motor, batería y controlador van integrados en un mismo sistema de 2,5 kilogramos de peso. Se acopla a casi cualquier bicicleta existente en poco más de 5 segundos, llega a desarrollar hasta 40 km/h y, dependiendo de la batería escogida, entre los 15 y los 70 km de autonomía.

Las baterías vienen en tres capacidades: 110, 220 y 400 vatios, y son totalmente intercambiables, permitiendo un ajuste en peso y autonomía de nuestra bicicleta en función de nuestro trayecto a realizar.

Con su aplicación en nuestro móvil, podremos comprobar el nivel de batería, crear nuestra ruta en el mapa, e incluso adaptar ciertas funciones de nuestra bicicleta eléctrica a la legislación de cada país simplemente seleccionándolo en las opciones.


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