Muchos emprendedores han descubierto desde hace relativamente poco que la financiación colectiva es una gran oportunidad para poner en marcha los proyectos de sus startups. Entre otras cosas permiten «chequear la idea» y saber si interesa al público objetivo, olvidarse de las complicaciones de conseguir financiación de fuentes diversas y proporciona una estupenda plataforma para dar a conocer –de forma organizada y ya chequeada– muchos tipos de proyectos. ¿Cómo hacerlo de forma óptima?
Existen muchas explicaciones, artículos e incluso libros sobre cómo plantear las campañas. Incluso desde el propio blog de Kickstarter apuntan a algunos consejos para asegurar el éxito – pero lo más importante es entender que no depende únicamente de cómo se presente el proyecto en Kickstarter. La financiación colectiva es solo una fase del desarrollo del proyecto, que se quedaría cojo si solo tuviera esa «pata» en la que apoyarse. He aquí algunas de las mejores ideas al respecto:
- Hacer una campaña de menos de 30 días. Mantener la atención durante 60 días puede ser complicado y por lo general los proyectos planteados a más corto plazo funcionan mejor según las estadísticas de Kickstarter (eso no implica «producir y enviar»; solo la fase de financiación previa). También se dice que hay que planearla con al menos un mes de antelación y dedicar entre 4 y 5 horas diarias al seguimiento durante los 30 días clave, para tomar rápidamente decisiones sobre la marcha.
- Contar con una página principal independiente para el proyecto. Normalmente el proyecto –ya sea un nuevo gadget, una app o un servicio innovador– debería tener su propio nombre, marca y página web. Este es el punto central en el que la gente encontrará más información, aunque en principio se lleve a los potenciales clientes a la página de Kickstarter para que participen.
- Explicarlo claro y directo. Hay que pensar en un «titular que venda», una frase corta que defina la idea o una imagen que defina y llame la atención. Es el primer impacto y lo que atraerá la atención. Si además de eso genera un impulso de compra para que alguien quiera encargarlo inmediatamente, mucho mejor. El formato ideal: un pequeño vídeo de menos de un minuto.
- El dinero es importante, pero no es lo principal. El objetivo de Kickstarter es conseguir la financiación necesaria para lanzar el proyecto, pero no es el proyecto en sí. Lo importante es el producto o servicio y es en lo que hay que concentrarse. Es importante incluir una pequeña explicación del presupuesto en la página en la que se recaban los apoyos, para que la gente sepa en qué va a emplearse su dinero (normalmente: por qué cuesta lo que cuesta y qué otros factores hay implicados).
- Que Kickstarter no sea la única forma de financiación. Lo ideal es que un proyecto que busque una cantidad ya esté «medio financiado» por otros medios, incluso por la propia inversión de quienes lo hayan ideado (o familiares, amigos, etcétera). Aunque se busque la financiación colectiva para el proyecto completo esa parte puede ser importante en caso de que no haya tanto interés como estaba previsto, o para cubrir gastos generales que no sean directamente los del proyecto en sí (por ejemplo el alquiler una oficina, almacén, sueldos o envíos). Los expertos siempre dicen que los mayores apoyos suelen llegar de la gente conocida.
- Marcas sencillas, fáciles de recordar, hashtags únicos, evitar las abreviaturas… Los nombres con combinaciones sencillas de palabras, cortos y fáciles de pronunciar siempre triunfan. Los hashtags para las redes sociales pueden llevar dos o tres palabras. Hay que poder comunicarlo todo en varios medios, de una forma uniforme y fácil de entender.
- Dar prioridad a los conocidos. Si ya se cuenta con algún tipo de comunidad en torno al proyecto –como una lista de correo, canal o suscriptores en una red social– es importante darles a conocer el proyecto para que lo apoyen antes que a cualquiera. Esto aumenta la sensación de cercanía y exclusividad, aunque sea por solo uno o dos días de diferencia.
- Ofrecer la posibilidad de contribuciones pequeñas. Según los datos la contribución más común en Kickstarter suele ser de unos 25 dólares/euros; el valor promedio suelen ser unos 70 dólares/euros (promediando proyectos caros y baratos). La idea es ofrecer algo, aunque sea accesorio, por menos dinero para de ese modo poder recaudar más consiguiendo un mayor número de esas pequeñas contribuciones.
- Dar a conocer al equipo. Esto incluye una breve descripción de quién está detrás del proyecto en la página principal y si es posible participar en alguna entrevista o incluso plantearla en redes sociales cuando se lance el proyecto para responder a preguntas y dar respuestas sobre la creación que se está ofertando.
- Mantener viva la llama. Esto incluye actualizar de vez en cuando el «estado del proyecto», como mínimo una vez a la semana. Cualquier avance puede ser interesante, además de una buena excusa para añadir algunas fotos, contar algo sobre el día a día o hablar de las fechas de entrega. De este modo la comunidad que lo siga estará al tanto y se sentirá más cercana a su desarrollo.
- ¿De dónde viene la gente? Kickstarter proporciona buenas herramientas pasa saber quién está apoyando el proyecto ya sea a raíz de los envíos por correo, porque lleguen desde Facebook, Twitter, Google u otros lugares. Es importante examinar esas estadísticas (el apartado llamado Dashboard) por si alguno flojea, impulsarlo. Por ejemplo si se llega a poca gente en Twitter se puede considerar pedir la ayuda de algún blog amigo o promocionar personalmente el producto/servicio entre expertos en la temática antes de lanzarlo.
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