Audi: coche autónomo

Que los coches autónomos revolucionarán algún día el mundo de los transportes parece claro; sin embargo muchas son las incógnitas que hay sobre cuándo sucederá esto o de qué forma exactamente. Un reciente estudio de la consultora McKinsey (véase: USA Today, Wall Street Journal, Fast Company) enumera algunas ideas sobre qué aspectos serán los que más cambio supongan y qué beneficios nos traerán en los próximos años y décadas.

  • Mayor seguridad. Los coches autónomos equipados con detectores de colisión serán más seguros en muchos aspectos que los convencionales, guiados por personas que no siempre pueden hacer frente adecuadamente a las circunstancias de la conducción o están distraídas. Del mismo modo que ya se están observando ciertas mejoras en los coches, como los frenos automáticos (hasta ahora opcionales); todos los avances tecnológicos, ya sean los cinturones de seguridad, el ABS o los airbags suelen tener como prioridad la seguridad. Y aunque de vez en cuando un coche autónomo provocara un accidente deberían ser menos que los que eviten gracias a esa «conducción robótica» más segura. Según el estudio, con el tiempo podrían llegarse a evitar un 90 por ciento de los accidentes fatales o con lesiones para las personas.
  • Ahorro de tiempo y mejor movilidad sostenible. Según el estudio, se ha calculado que muchos de los trayectos que diariamente realizan los conductores para ir de casa al trabajo podrían acortarse considerablemente, tal vez 15 o 30 minutos y en ocasiones prácticamente una hora al día. Eso supondría, por un lado, un ahorro de combustible, emisiones contaminantes y una mayor sostenibilidad; y por otro millones de horas de trabajo y descanso ganadas al año entre toda la población con acceso a este tipo de vehículos – con un tráfico más fluido también para el resto.
  • Más coches en los mismos espacios de aparcamiento. Parece una obviedad, pero los coches autónomos no necesitan tanto espacio para aparcar como los convencionales. Pueden aparcar de forma más ajustada en línea y se puede dejar que aparquen solos en batería (aunque no se puedan abrir las puertas) o en parkings y plazas de garaje de reducido tamaño o semi-robotizadas, como desde hace años se viene experimentando. Una forma más de «comprimir» más coches en el mismo espacio.
  • Seguros más baratos. Puede que con los coches autónomos no sea necesario asegurar a los conductores «personalmente» según su historial: los fabricantes competirían por fabricar modelos autónomos para los que las aseguradoras proporcionaran mejores condiciones para su marca según los modelos y versiones.

Según McKinsey, para el año 2040 el 75 por ciento de los coches podrían ser autónomos, una cifra a todas luces impresionante – si bien todavía tienen que superar muchos obstáculos técnicos y legales hasta que llegue a hacerse realidad.

{Foto: Shelley, the autonomous race car (CC) TED @ Flickr}


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