Kenguru: coche eléctrico para personas con discapacidades físicas

Las personas con algún tipo de discapacidad física que se desplazan en silla de ruedas, saben que no es fácil utilizar medios de transporte adicionales tales como autobuses, metro o automóviles. Con la llegada de los «vehículos adaptados» muchas de esas incómodas limitaciones han quedado atrás pero, por lo general, la persona con discapacidad sigue dependiendo de que un acompañante sea quien conduzca el vehículo, que no deja de ser sino una furgoneta o un monovolumen estándares adaptados con rampas y zonas de asiento adecuados para la silla de ruedas.

Hace tiempo, un inventor húngaro tuvo la idea de combinar dos de las soluciones de movilidad actuales más interesantes para estas situaciones: los vehículos adaptados y los motores eléctricos. El resultado es un híbrido entre un vehículo monoplaza, pequeño y de fácil acceso para entrar y salir, con las ventajas de los coches eléctricos de pequeño tamaño: ligeros, silenciosos y ecológicos a la vez.

El Kenguru, que es como se llama este modelo, alcanza los 40 kilómetros por hora de velocidad máxima y su autonomía es de unos 60 kilómetros en total: más que suficiente para moverse por la ciudad, urbanización o pueblo sin problemas. Su tamaño es de poco más de 2 metros de largo y 1,5 de ancho, de modo que se aparca en cualquier lado. No tiene asientos porque es la propia silla del conductor la que se encaja en esa posición y el acceso se hace por el portón trasero.

Debido a su limitada potencia, la legislación aplicable a estos vehículos también resulta favorable para los conductores. En España, por ejemplo, no se necesitarían más licencias ni permisos que los de los pequeños vehículos eléctricos personales: un permiso AM (el clásico «de ciclomotores») y una edad mínima de 16 años.

Actualmente, los Kenguru –que se fabricarán en Estados Unidos– se están ofreciendo a través de la web pero no se pueden comprar todavía, puesto que están en producción y llegarán a principios de 2015. De todos modos se ha calculado que su precio rondará los 25.000 dólares (unos 18.000 euros). Esta cifra podría ser menor si se combinaran algunos incentivos económicos relacionados con los productos para personas con discapacidades físicas y con los coches que utilizan energías limpias. El resultado podría ser un método de transporte relativamente barato, alternativo y práctico para que cualquiera pueda ir a todas partes sin tener que depender de terceros.


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