Un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts ha creado un mapa casi autoexplicativo en el que se pueden visualizar todos los trayectos en taxi realizados durante un año completo en la ciudad de Nueva York. Esto supone más de 170 millones de conexiones y ha sido posible mediante la recopilación de información a partir de los datos de las compañías de taxis, que suelen equipar sus vehículos con GPS y ordenadores en los que se marcan, si no los recorridos completos, al menos los puntos de recogida y finalización.
El proyecto se llama HubCab y para los expertos en el análisis urbano supone un inagotable fuente de análisis sobre cómo es la vida en la ciudad, cómo se podría mejorar el tráfico rodado y también cómo se pueden mejorar las operaciones logísticas y de transporte de pasajeros – especialmente porque el detalle o granularidad de la información es tremendo.
La aplicación, que además ha sido elegantemente adaptada a una web al alcance del público, permite identificar fácilmente las zonas de concentración de recogida de pasajeros, las rutas más habituales e incluso los patrones de desplazamiento entre zonas. Una posible aplicación es la clásica idea de «compartir taxi» que permitiría a muchas personas ahorrarse un dinerillo – a la par que utilizar menos recursos y contaminar menos la ciudad. De hecho, cada vez son más comunes apps para móvil que buscan esta solución aprovechando las redes sociales, si acaso a los pasajeros les interesa.
La aplicación también permite estudiar qué sucede en ciertas zonas, como pueden ser los puntos de gran concentración de pasajeros: aeropuertos, estaciones de trenes o a la salida de grandes eventos que concentran a decenas de miles de personas.
Por esta razón, los estudiantes del MIT investigaron especialmente esas posibilidades de compartir vehículos, un concepto que llamaron shareability. Unos algoritmos buscaron en esos datos matemáticos de millones de trayectos el porcentaje de ellos que podrían haberse compartido de forma óptima. El resultado es cuando menos sorprendente: en Nueva York se podrían reducir un 40 por ciento el número de trayectos en taxi con molestias «mínimas» para los pasajeros. Aunque el modelo está altamente simplificado respecto a lo que sucede en la vida real –que es un poco más complejo– es una indicación de que todavía queda mucho por mejorar en esta forma de transporte, al menos en las grandes ciudades.
{Imágenes: MIT Senseable City Lab}
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