Los contenidos virales están de moda, y cada día vemos nuevas invenciones, modas, o vídeos que causan furor y acumulan cientos de miles de likes, retweets, comentarios… Salen en los telediarios y se repiten hasta la saciedad. Y mientras tanto, nos preguntamos por qué nuestros contenidos no pueden ser virales también, para así conseguir decenas de miles, o por qué no, millones de nuevas visitas a nuestra web.
Hoy en día se puede invertir parte del presupuesto en viralizar contenidos o en diseñarlos de manera que puedan tener la posibilidad de convertirse en virales. Esto es un error por lo general, y te explicaremos por qué.
Posiblemente inviertas dinero en conseguir… nada
Decir que cualquier contenido se puede viralizar es no tener muy claro qué debe reunir un contenido para ser viral. Esta es la cuestión: el mismo contenido puede hacerse viral o no dependiendo del momento en que se difunda, de quién lo vea y lo comparta, y de un número tan grande de factores adicionales (titular atractivo, contenido visual impactante) que es imposible garantizar la viralidad de nada.
Además, de acuerdo con lo que acabamos de comentar, no todos los contenidos, ni los temas, pueden llegar a ser virales. Para serlo deben conectar con una audiencia grande en poco tiempo, y quizás el nicho que trabajemos en nuestro negocio online no sea el más adecuado para hacerse viral.
Existen muchas otras razones por las que los contenidos virales pueden acabar perjudicándote, más que ayudándote; y es más, invertir en hacer un contenido viral te puede perjudicar tanto si no funciona, como si funciona.
Puede comprometer tu línea editorial, tus valores. Los virales, o salen de manera natural, o si no tendrás que modificar tu trabajo, apartarte de lo que estás haciendo normalmente, para conseguir relevancia. Y eso no es bueno, perderás parte de tu personalidad en el camino.
Puede que llegues a la audiencia equivocada. Los virales llegan a un tipo de público específico (básicamente aquella gente con la que el contenido conecta inmediatamente y le provoca una emoción de algún tipo, ese es el «truco»). El problema es que las personas que conectan no forman, por sí mismas, un nicho específico. Puede que algunas coincidan con tu target, pero la mayoría seguramente no serán tu público objetivo.
¿Y si tu contenido se hace viral, pero no estabas preparado para ello? Imagina que triunfas con un viral, y que al enviar a la gente a tu web, esta «se cae»; o bien vas a vender algo, pero tu sistema de pago falla, o es un proceso engorroso, o se encuentran cualquier otro tipo de error que se te pueda ocurrir. El resultado será que has conseguido viralizar una mala reputación.
El mejor resumen que podemos ofrecer para ilustrar las razones por las que no siempre es buena idea conseguir un viral es el siguiente: no toda audiencia es buena audiencia. Apuesta siempre por la calidad y no por la cantidad. A partir de la calidad, y con buen trabajo y constancia, llegará la cantidad.
Vía | Forbes
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