Cuando es una realidad que el comercio electrónico ha encontrado en España un mercado con potencial, sorprende echarle un vistazo a los rankings de los más e-vendidos y llevarse la sorpresa de que ropa y complementos ocupan uno de los primeros puestos. Según el Barómetro Vente-privee.com-Modaes.es, nuestro país ha sabido mover ficha: el 65% de las empresas españolas de moda con venta a público final tiene una tienda online y el mismo porcentaje colabora en ventas flash. Eso sólo en 2012 y las previsiones para el próximo año superan los resultados: la venta flash se consolida en un 78% de las empresas de moda como el modelo de negocio a seguir.
Más allá de las previsiones, la moda se ha impuesto en la red no sólo como generador de compras sino también como refuerzo para las marcas. Un curioso tándem que responde a la creatividad que se ha puesto a disposición del usuario de Internet. Pensar en comprar algo tan personal como una prenda de vestir resultaría imposible de no ser por el abanico de posibilidades que ponen a nuestra disposición. Es cierto que compramos menos que nuestros vecinos europeos (con más tradición en el e-commerce) pero, para cambiar esa tendencia, se han creado nuevos modelos de negocio.
Fenómenos como los outlets online son un claro ejemplo: no sólo ofrecen productos sino que, además, compiten en precio con las tiendas físicas. Algo que un potencial comprador puede comparar en apenas unos minutos a golpe de click y que, de no generar una venta, sí se hará prescripción. Parte del éxito de estos stores online es precisamente ese boca a boca del internauta que no sólo compara precios sino que además recomienda. Ahí también está el secreto, en la cadena de promoción que establecen muchos de estos e-commerce: trae a un amigo y tendrás un descuento.
Más allá de estrategias de marketing, no hay que dejar de lado el gran logro de la ropa en el comercio electrónico: romper la barrera física, el miedo del comprador a no saber cómo reaccionar si la prenda no resultaba satisfactoria. Para algunas marcas, como Zara o Desigual, la manera de romper el hielo con el comprador es ofrecer facilidades e, incluso, una devolución sin coste (en el caso de estas marcas, cada producto viene acompañado de su sobre correspondiente preparado para devolverse a la firma). Para otras marcas, la manera de potenciar la confianza de su cliente es ofrecerle simuladores : hay incluso dónde uno puede comparar el tono del textil con la propia piel (se le solicita al usuario una foto en el momento) para saber si nos va a favorecer. Pero sin duda uno de los trampolines de la compra de moda online ha sido la inclusión de una buena práctica en el e-commerce: dar toda la información posible de su producto, pasando por la tabla de medidas correspondiente y accesible de manera sencilla (hay cierta tendencia a esconderla porque resulta poco atractiva). Curiosamente, la mayoría de este tipo de compras en España no se hacen desde un smartphone. Seguimos prefiriendo un ordenador.
Foto | Stevendepolo
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