La contaminación y el consumo responsable se han convertido en una de las principales preocupaciones de la sociedad en que vivimos. No en vano, la conciencia ecológica está creciendo al mismo ritmo que los alarmantes datos de contaminación de nuestro planeta a los que no siempre es fácil poner coto. Pero, en paralelo o a causa de, una de las mayores revoluciones en esta materia es la protagonizada por el sector de la automoción.
Es una dialéctica muy particular, pero sencilla de comprender: los vehículos a motor son una de las principales fuentes de contaminación del planeta y, por tanto, uno de los principales objetivos a tener en cuenta a la hora de reducir la emisión de gases nocivos perjudiciales para el ecosistema y, en última instancia, para nuestra salud.
La propia Unión Europea se ha planteado una reducción de los niveles de dióxido de carbono del 60% en 2050 (respecto a los datos registrados en 1990), una meta ambiciosa en la que una de las iniciativas más prometedoras es reducir a más de la mitad el uso de automóviles que utilizan combustibles tradicionales como la gasolina o el diésel. Más aún: para que estos objetivos se cumplan hay que reducir prácticamente a cero las emisiones de CO2 en los centros urbanos.
Surgen entonces propuestas alternativas a los carburantes tradicionales, no sólo el coche eléctrico, sino con sistemas más económicos como el gas licuado del petróleo (GLP) o el gas natural comprimido (GNC).
Y si importante es impulsar este cambio de modelo en el entorno de consumo (esto es, coches particulares), más lo es en las flotas de vehículos que emplean las compañías logísticas. Recordemos que estas empresas mantienen cientos de furgonetas y motos de reparto en los centros urbanos, recorriendo largas distancias en una misma jornada y, por ende, son fuente de importantes emisiones contaminantes a la atmósfera (NOx, SOx y el ya mencionado CO2).
Nuevos modelos de movilidad y mensajería
La combinación entre los esfuerzos privados por desarrollar e implementar nuevas tecnologías al sistema de transporte, y públicos con iniciativas como el Plan MOVEA, contribuye a crear modelos de accesibilidad multimodal, a la organización del transporte y la eficiencia logística. Esto permite reducir la contaminación lumínica, acústica y atmosférica; la congestión del tráfico y mejorar la eficiencia del transporte urbano.
En el transporte urbano de paquetería y mensajería están proliferando también nuevas medidas que contribuyen a un transporte limpio y más eficiente que la utilización de los vehículos tradicionales. Aquí englobamos la entrega de paquetes con drones no tripulados -cada vez más cerca de convertirse en una realidad-, la electrificación de las flotas de transporte logísticas -especialmente con motos eléctricas en los principales núcleos urbanos- y, en otra escala menor, la irrupción de los llamados eco-repartidores (mensajeros que utilizan la bicicleta), usados principalmente para el reparto de paquetería rápida o de proximidad y en el envío de comida a domicilio.
La utilización de trolecamiones y otras propuestas incipientes
Sin embargo, no sólo hay que mejorar la eficiencia y sostenibilidad del transporte logístico en los centros urbanos. La imperiosa necesidad de reducir las emisiones contaminantes obliga a que el esfuerzo por ser ecológicos se de a cualquier escala. Es por ello que cada vez son más numerosos los proyectos destinados a crear un modelo de transporte de mercancías completamente limpio y no contaminante.
En Suecia se ha creado la primera autopista eléctrica destinada a reducir los gases de efecto invernadero de los grandes vehículos volviendo al antiguo sistema de troles. Gracias a la electricidad, los caminos pueden reducir sus emisiones al implementar un motor eléctrico y rediseñar el tradicional sistema de catenaria.
En España se está fomentando la logística nocturna como medida para reducir las emisiones de dióxido de carbono aprovechando la distribución en horas valle y nocturnas. Esta iniciativa ha sido fomentada tras el estudio realizado por la Asociación de Empresas de Gran Consumo (AECOC), en el que se refleja que uno de cada cuatro camiones de reparto no puede aparcar en la zona de carga o descarga que tiene asignada, con el consiguiente exceso de contaminación mientras busca dónde estacionar.
A su vez, la plataforma Lean&Green es una iniciativa de los Países Bajos que ha surgido como medida para animar a las cadenas de suministro a que colaboren de manera conjunta para implementar una política de logística sostenible común. Esta plataforma se ha extendido a otros países europeos como Suiza, Eslovaquia, Alemania, República Checa o Italia.
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