La mejor selección femenina de baloncesto de la historia ha vuelto a ganar una medalla de oro. Sí, lo han vuelto a conseguir. Esta vez, el escenario ha sido el Europeo de Letonia y Serbia. El rival en la final, una selección francesa a la que ganaron de 20 puntos. Solo ellas podían hacerlo así de sencillo, cuando en realidad el camino ha sido más duro de lo que parece.

El primer revés les llegó hace tres meses. Su referente, Alba Torrens, se quedaba fuera del campeonato por consejo médico, debido a las molestias en las rodillas que llevaba sufriendo toda la temporada. A esa baja se sumó también la de Sancho Lyttle. Sin embargo, puede que estos contratiempos las hiciesen más fuertes aún.

Porque, a pesar de ello, el equipo seguía contando con su núcleo fuerte: Laia Palau, Laura Nichols, Marta Xargay, Silvia Domínguez, Anna Cruz y Astou Ndour. Y su unión, que trasciende la pista, las hace ser un equipo fuerte y que no se rinde nunca. Y en el que las menos habituales o nuevas incorporaciones encuentran rápido su rol, como Queralt Casas, Laura Gil, Cristina Ouviña o Tamara Abalde. La fuerza del conjunto por encima de todo.

Con el puzzle ya formado, las de Mondelo empezaron el campeonato con un par de traspiés en la fase de grupos. Pero de nuevo, ante la adversidad, este equipo volvió a crecerse y motivarse. Y a motivarnos a todos. No perdieron ni un solo encuentro más hasta que llegaron a la final contra Francia. Y su garra y su fuerza hicieron que dominasen desde el primer minuto de juego. Incansables, imparables, fuertes y con ganas de oro. Ni siquiera ante las anfitrionas en Belgrado tuvieron dudas. Con todo en contra siempre han superado todo. Iban a por el oro… y así fue.

Nuestras chicas se colgaron del cuello, su séptima medalla consecutiva, lo que las convierte en la mejor selección de baloncesto de la historia del deporte español. Llevan desde el año 2013 subidas en el podio y no hay manera de bajarlas. Las claves: su unidad, la ausencia de los egos y un gran liderazgo. Mucho del mérito lo tiene el entrenador, que es capaz de sacar lo mejor de un conjunto irrepetible. España se ha convertido en el primer país que retine el trofeo de mejor equipo de Europa desde 1991.

Lucas Mondelo llegó en el año 2012 y ha ayudado a muchas de las jugadoras en momentos muy complicados de su carrera. Él es la guía de una selección que disfruta, y mucho, jugando al baloncesto. Mondelo fue rotundo, y divertido (la verdad), tras la final confesó al El País que el equipo “odia perder” y que habían sufrido mucho tras las lesiones del pasado Mundial en Tenerife, pero que han sabido recomponerse. “Llevo muchos años con ellas, pero no dejan de sorprenderme” y añadió jocoso: “Los rivales cada vez nos conocen mejor, pero solo les vale para perder de menos”.

En la cancha el otro gran pilar es Laia Palau, la capitana de esta Selección se ha hecho un hueco en la historia de este deporte. Es la cuarta en el ránking europeo de jugadoras con más metales. Tiene en su haber 8 flamantes medallas: 3 oros, 1 plata y 4 bronces. Utilizando sus propias palabras “lo hemos hecho muy fácil, siendo muy difícil”. Ese es el gran mérito de este equipo, que además coló a Xargay y a Ndour (MVP) en el quinteto ideal del torneo.

Otro de los puntos que les hace grandes, saber que lo son, pero no alardear de ello ni acomodarse. Si no seguir peleando con más ganas. Todas sus armas deberán tenerlas a punto para el último escalón que les queda esta temporada: clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. El preolímpico se disputa el próximo año y tendremos otra oportunidad para disfrutar de su gran baloncesto.

¿Preparados para una nueva exhibición de este equipo?


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