Hemos hablado mucho sobre el futuro del e-commerce, las tendencias que veremos a corto plazo, los hábitos de los nuevos consumidores online, etc. Pero hoy toca fijarnos en las cifras económicas puras de un sector que ha revolucionado el panorama empresarial. Según el último estudio del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo durante el ejercicio 2013 la facturación en este sector aumentó un 18%, llegando a 14 millones de euros. Los expertos coinciden en afirmar que, de seguir así, en 2027 estas cifras podrían dispararse hasta alcanzar los 200.000 millones de euros. Ante este panorama, ¿todavía eres de los que piensa que el e-commerce no es el futuro?
Aunque todavía estamos lejos de países como Reino Unido, Alemania o Francia en cuanto a número de consumidores, el caso de España es alentador. Hoy por hoy, nos situamos como el cuarto país de la Unión Europea con mayores ingresos por e-commerce y en los próximos años creceremos, incluso, por encima de la media europea y los Estados Unidos.
El hecho de que los usuarios seamos cada vez más móviles es una de las piezas que inclina la balanza a favor de las compras online. Y es que los hábitos de compra de los consumidores están cambiando gracias a las ventajas que nos aporta el e-commerce: ahorro de tiempo y comodidad, al no tener que desplazarnos ni esperar largas colas; la posibilidad de encontrar descuentos y ofertas exclusivas, así como productos que aún no han llegado a la tienda física.
Además, el pago mediante el móvil, el envío de alertas para informar sobre el estado de los pedidos o la mayor calidad y seguridad del software hacen que el usuario tenga más confianza en la red y menos tendencia a abandonar su carro de la compra en Internet.
Todo ello, unido a la concienciación de los empresarios, hace que el comercio electrónico se esté asentando como una vía más a la hora de vender y expandir negocios. Compañías de todos los sectores buscan así un modo de impulsar sus ventas tanto online como offline, dar salida al stock, obtener más clientes y, por lo tanto, ingresos adicionales.
La necesaria adaptación de los canales de venta
El e-commerce es una apuesta y una inversión rentable que, según Google, ya practican, al menos, el 15% de empresas con menos de 50 empleados en nuestro país. De ellas, un 43% ha visto aumentar sus beneficios económicos.
No obstante, los expertos en marketing online alertan de que tan solo el 1% de las pymes presentan un nivel digital óptimo. Es decir, que no están bien posicionadas en buscadores, no tienen una estrategia predefinida en redes sociales y no cuentan con una web para ser disfrutada desde cualquier tipo de dispositivo móvil. Elementos imprescindibles para ofrecer a los clientes una experiencia de compra satisfactoria en el universo virtual.
Parece, pues, innegable que el e-commerce es una oportunidad y también un reto para el tejido empresarial español. Su conversión al mundo online es un imperativo pendiente de cumplir para este 2015.
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