Con la llegada del verano, gran parte de los buenos hábitos que procuramos mantener durante todo el año también se van de vacaciones. En muchas ocasiones, esto sucede por el desconocimiento de los mecanismos que pueden ayudar a no dejar en casa todas aquellas prácticas destinadas a mejorar la sostenibilidad y el medio ambiente. Al alcance de la mano existen un conjunto de recomendaciones para que también el ecosistema tenga un respiro.

La mayoría han sido reunidas en un manual elaborado por la web de sostenibilidad Twenergy, donde pueden descargarse de manera gratuita y aparecen explicadas de forma muy sencilla. Son los pilares del denominado turismo sostenible, es decir, aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permiten disfrutar de un positivo intercambio de experiencias, según la definición aportada en www.ecointeligencia.com

En primer lugar, es una tendencia para mejorar la e-movilidad el uso mayoritario del tren. La utilización del transporte público puede reducir hasta la mitad la contaminación y por ello hay iniciativas como el Inter-Rail por Europa que cada vez resultan más atractivas y cómodas. Del mismo modo, también se suceden propuestas muy interesantes para unas vacaciones sobre dos ruedas: rutas en bicicleta que además de ayudar a mantener la forma pueden suponer el descubrimiento de parajes a los que no se puede acceder de ninguna otra manera.

Esto no significa que el coche deba quedar descartado ccomo opción. También se puede contribuir a la movilidad sostenible aprovechando al máximo el vehículo. Tan fácil como entender que no es necesario que cada uno de los amigos o familiares vayan en vehículos diferentes, ya que puede compartirse. Así todos los viajeros podrán también descansar por el camino si hay cambio de conductores, y además se contribuye a descongestionar las carreteras.

A la hora de elegir el lugar vacacional, es importante saber que el turismo, además de un potente agente del desarrollo, también puede resultar una carga para las zonas visitadas, ya que la masificación no siempre es sinónimo de respeto con el ecosistema. Twenergy plantea así una serie de destinos alternativos como el Parc Natural de la Zona Volcánica de La Garrotxa (Girona), el Espacio Natural de Doñana, el Parque Nacional de Sierra Nevada, o cualquier opción dentro de la amplia gama de reservas de la biosfera de Asturias, Galicia, Castilla y León o Castilla-La Mancha.

En cualquier caso, si la preferencia es acudir a una ciudad, ya sea turística, monumental o de playa, la mentalidad es respetar sus ordenanzas y normas como si se tratara de nuestro lugar de residencia: residuos, tráfico, estacionamiento, horarios, circulación, y medidas medioambientales

Fuera de España, también se puede optar por urbes dotadas de una red de tranvía y metro potente, donde los desplazamientos contaminen menos, o incluso donde se pueda pasear en bici. Ámsterdam o Berlín son las pioneras de Europa en prácticas de movilidad: se puede circular en bicicleta sin dificultad y disfrutar de la ciudad respirando aire fresco, mucho mejor que bajo el suelo. Una prueba más de lo bien que puede encajarse el turismo y el bienestar con el respeto por nuestro entorno natural.


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