El concepto de la sostenibilidad aplicada a la movilidad y el desplazamiento va mucho más allá del presente. Hablamos sin duda de una fórmula de futuro que cada vez cuenta con más desarrollo en todos los ámbitos. Tanto la normativa española, todavía no vinculante, como las directrices europeas imponen un compromiso cada vez mayor con la e-movilidad, y que a su vez se nutre de los diferentes análisis, estudios y nuevas tecnologías que se están llevando a cabo para la vida a largo plazo de este concepto, y para que su aplicación siga desarrollándose, íntimamente ligada a los vehículos ecológicos, pero también a los organismos y organizaciones creados para este objetivo.
En www.compromisoempresarial.com, una de las webs más consultadas por analistas empresariales, se realiza un pormenorizado análisis actual de este sector desde el denominado «multienfoque», y que pasa por las pautas marcadas en la Estrategia Española de Movilidad Sostenible (EEMS) con la que cuenta España desde abril de 2009. Un total de 48 medidas estructuradas en cinco áreas: territorio, planificación del transporte y sus infraestructuras; cambio climático y reducción de la dependencia energética; calidad del aire y ruido; seguridad y salud, y gestión de la demanda.
Así, en el estudio se exige que la EEMS vaya de la mano de todas la Administraciones, para lo que cuenta con diversos instrumentos de coordinación como la Red de Ciudades por el Clima, el Consejo Nacional del Clima, la Comisión de Coordinación de las Políticas de Cambio Climático y Mesas Sectoriales o el Observatorio de la Movilidad Metropolitana, entre otros foros.
Una vez contemplado este escenario actual de orientaciones y normas, resulta igualmente importante, el vistazo al futuro. Para Luis Jesús Guerra, de la Dirección de Programas Innovadores Globales del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), este proceso necesita un desarrollo tecnológico que permita el uso del transporte, y que responda a la necesidad atávica de movilidad (en corta y larga distancia) del ciudadano. “Hasta que eso no se consiga, no se puede esperar un cambio real en el modelo de transporte”, señala en esta web.
A su juicio, y aunque en términos de transporte colectivo se observan flotas que ya están operando bajo estos parámetros, “el reto se mantiene aún para el transporte individual”. En tercer lugar, añade Guerra, y como ocurre con todo proceso innovador, “el impacto real en la sociedad no se podrá producir hasta que no se adopte en masa este tipo de vehículos”. Según sus estimaciones, alrededor del año 2030 se espera que estos representen cerca de un 40% de la flota, casi la mitad del total.
En cuanto a las tecnologías futuras para la e-movilidad, un estudio del director de Asuntos Corporativos de Toyota España, Kark Van Dijck, señala los vehículos híbridos (HV), los Híbridos Enchufables (PHEV), los eléctricos (EV), y las pilas de combustible (FHCV) como las claves del éxito. Con ello, defiende el lema que desde hace tiempo promueve las acciones del World Business Council for Sustainable Development: «Una movilidad que dé respuesta a las necesidades de la sociedad para moverse libremente, facilitar el acceso, comunicarse, comercial y establecer relaciones sin sacrificar otros requisitos humanos o ecológicos».
Totalmente de acuerdo. Recientemente he asistido a una reunión en http://www.atm.cat para tratar este tema en el área metropolitana de Barcelona, con iniciativas muy interesantes por parte de todos los actores, administración, usuarios y empresas de transporte. Se están desarrollando conceptos muy innovadores en relación a la e-movilidad.