Este curioso invento de la empresa Cellumation llamado Celluveyor PAL/DEPAL es una especie de cinta transportadora sin cinta: un transportador que puede llevar cajas y paquetes pesados de un lugar a otro. Gracias a un ingenioso mecanismo controlado por ordenador de forma inteligente también puede girarlos, orientarlos y organizarlos de mil y una formas diferentes en un espacio mínimo.

El transportador es un elemento típico de los centros logísticos, fábricas y almacenes. En el vídeo puede verse cómo funciona y admirar su precisión. De hecho resulta un tanto hipnotizante, con paquetes yendo y viniendo en una especie de danza coreografiada de gran precisión.

Este tipo de transportadores utilizan pequeñas ruedas con bandas de goma que arrastran los paquetes de forma individual. Cada grupo de seis ruedas está organizado en una celda hexagonal, por parejas (una para cada sentido), como si fueran «robots manipuladores de paquetes» individuales. Haciendo girar las ruedas de forma individual se puede conseguir que las cajas que reposan sobre las ruedas se muevan en cualquier dirección, y también en un sentido o en otro, incluso varias a la vez. El secreto es que un sistema de visión mediante inteligencia artificial reconoce la forma de los paquetes y puede activar las ruedas de cada celda mediante software de forma que se logren los movimientos necesarios, según los algoritmos de empaquetamiento que tiene programados o se le enseñen.

Las celdas son modulares, de modo que montando decenas de ellos sobre una superficie grande, de unos 3 metros cuadrados, pueden actuar al unísono. Un sistema de control se encarga de convertir en precisos giros de las ruedas los movimientos que han de realizar los objetos que se van colocando sobre ellas.

Las cajas que se mueven sobre la superficie transportadora deben medir como mínimo 15 × 15 cm, pero no hay límite en cuanto al tamaño máximo más allá del de la propia superficie del mecanismo. Los paquetes van y vienen a una velocidad máxima de 1,2 metros por segundo, lo que permite mover hasta 40 paquetes por minuto. El peso máximo llega a los 1800 kg por metro cuadrado.

En este tipo de sistemas instalados en fábricas y centros logísticos suele ser importante la velocidad con que puede operar en todo su ciclo de trabajo (configuración, programación, movimientos…) Este en concreto se configura de forma automática: cuando se instala por primera vez se conforma la superficie deseada y el software reconoce la configuración automáticamente. Además de eso programarlo para realizar tareas solo requiere una interfaz gráfica sencilla. La ventaja final es el mantenimiento puramente mecánico: si alguno de los componentes de un módulo se rompe basta con reemplazarlo, en una operación que consiste en desatornillar, desenchufar y volver a enchufar y atornillar: unos cinco minutos en total. Algo importante cuando hay que minimizar el impacto de detener el flujo de trabajo por motivos inevitables.


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