En el terreno del e-commerce, la parte del proceso que puede suponer una barrera de entrada importante para nuevos clientes es la del momento del pago. Por un lado, la inseguridad del cliente “no conectado”, el que no está habituado a los protocolos y no hace un uso más que básico de la red y sus servicios, desconfiará a la hora de utilizar un número de tarjeta de crédito real. Por otro, si el proceso es demasiado complicado, muchos clientes potenciales tendrán un tiempo de “reflexión” que puede llevarles a cancelar la compra que parecía que era ya algo seguro.
Lo que está claro es que el e-commerce está creciendo, porque los datos globales al cierre de 2014 nos hablan de un crecimiento de un 13% en todos los indicadores, y crecerá más. Esto significa un aumento en ventas, en transacciones, en satisfacción, y por tanto estamos seguros de que la gente compra, y cada vez más gracias a los diversos métodos para pagar online. Con todo, para los escépticos, o para quienes prefieran utilizar alternativas al uso de una tarjeta de crédito, cada vez hay más opciones.
Tarjetas prepago
La forma más segura de comprar online es utilizar una tarjeta prepago por varios motivos. El primero es que el límite está claro, es fijo y no se puede modificar o superar. Uno compra su tarjeta prepago con el importe máximo a gastar, compra, y se desentiende. Si alguien roba esa tarjeta, solo podrá gastar, como máximo, el total que hayamos pagado previamente. No hay riesgos. Lógicamente es un medio poco flexible, pero tiene la ventaja (la segunda) de que podemos controlar así nuestros gastos fácilmente, y limitar nuestros impulsos de compra.
Sistemas de transferencia online instantánea
Trustly es un servicio que promete transacciones transparentes, seguras y rápidas mediante transferencias bancarias, utilizando los códigos de banca a distancia de nuestra entidad, y sin mayor complejidad. Su reclamo es llamativo: «La única solución de pagos electrónicos mediante banca online para todos los dispositivos». Esta afirmación viene respaldada por la licencia autorizada y supervisada por la Autoridad de Servicios Financieros de Suecia, y el servicio tiene como objetivo simplificar el último paso del proceso de compra: al tener las credenciales dadas de alta en nuestra cuenta, basta con autorizar el pago con este método en el carrito de la compra, para terminar el proceso. Rápido y sencillo, y eficaz para el comercio.
PayPal
PayPal es un sistema que permite efectuar transacciones comerciales sin compartir información financiera. Por eso es posible comprar o vender con él, ya que simplemente entrando en el sistema con un nombre de usuario (el email) y una contraseña, podemos comprar (en este caso), o vender si se da el caso.
PayPal es un sistema que tiene mucho recorrido y muchos clientes, además de que existen un gran número de empresas y negocios que aceptan pagos mediante su uso, incluyendo los pagos a través del móvil. Sin duda, es uno de los actores a tener en cuenta como opción de pago, y cuenta con un buen número de funcionalidades para empresas (no solo para particulares).
Google Wallet y los sistemas de pago móvil
El futuro es pagar sin dinero en efectivo, no necesitar tarjetas físicas y pagar con el smartphone, o con el dispositivo móvil equivalente de ese futuro. Los primeros intentos llevan unos años peleándose con la barrera de entrada recurrente: la desconfianza del usuario, fruto casi siempre de la escasa información disponible, y de la poca penetración de la solución, de momento.
En este terreno, podemos hablar de Google Wallet (que se relanzará gracias a la renovada fe de Google en el sistema), o de Apple Pay, la solución de la marca de la manzana, pero en realidad hablamos de cualquier plataforma que permita gestionar pagos con tarjetas de crédito sin tener que disponer de las mismas, y que funcionen gracias a la tecnología NFC. Esta tecnología permitiría realizar pagos aproximando el dispositivo al terminal de la tienda física, y lógicamente simplificaría ese tipo de comercio, aunque lo más lógico es que sea un servicio universal, es decir, que pueda sustituir a la tarjeta de crédito en todos los ámbitos, incluyendo, por supuesto, el e-commerce.
Foto | Jason Howie
Para continuar el ciclo de vida del usuario, además de facilitarle los pagos seguros y ágiles, las órdenes de pago deberían estar conectadas con el último y generalmente más «desatendido» asunto y es el gap entre que el usuario paga y recibe su item.
Además de la necesidad «responsive» de seguimiento, la interlocución usuario y repartidor debería ser directa. Este es el punto en el que como usuaria, llevaría el desarrollo de negocio.
Las empresas online que desarrollen esta gap, no entrarán en competencia de precio sino del estimado valor añadido
La cadena de intermediarios es larga y cuanto más «seamless» mejor.
Por último, deberíamos pensar en movernos hacia donde se mueve la sociedad.
En un mundo en el que la movilidad ha llevado a desarrollar tecnologías móviles, las entregas deberían contemplar esa flexibilidad.
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