Si se examina el panorama de las tiendas de ecommerce de las pequeñas empresas se pueden descubrir un montón de iniciativas interesantes que, cada cual en su especialidad, buscan hacerse con trozo relevante de la tarta en las ventas por Internet: tiendas de camisetas, artículos deportivos, complementos de moda, alimentación, electrónica, artesanía… Pero si bien la «materia prima» es importante y cómo se comercialice también, hay toda una serie de buenas prácticas en el ecommerce que ayudan a que esa versión en Internet de un negocio potencialmente exitoso no falle estrepitosamente.
Y es que no hay nada más triste que tener un buen producto y que luego la gente no lo compre porque no puede encontrar la tienda, porque cuando la encuentra no funciona ágilmente o porque cuando mira los maravillosos productos no ve más que fotos mediocres. Así que aquí van unas cuantas recomendaciones con los mínimos imprescindibles para cumplir con esas buenas prácticas:
1. Usar un alojamiento fiable, rápido y un software con buena base tecnológica. De nada servirá orientar parte de la estrategia de la empresa a la venta por Internet si luego la tienda de Internet no funciona o no se cuida. Por esto elegir un buen proveedor de alojamiento (hosting) es crítico, en especial que sea rápido para que las páginas se sirvan ágilmente. Se suele usar la «regla de los tres segundos» para determinar si una página es válida (poca gente espera más que eso), así que si se sobrepasa ese tiempo, hay que revisarlo todo, ya sea el diseño, el tipo de servidor o los intríngulis internos. La empresa o el equipo que proporcione la base tecnológica para el proyecto serán quienes mejor puedan aconsejar respecto a esto, pero no hay que pasar por alto estas obviedades («si tarda mucho no cumple con su propósito») e invertir en que la web esté siempre en forma.
Hay que asegurarse de que la tienda se vea bien en todos los dispositivos y se está utilizando un Certificado Seguro (SSL) válido y confiable. Según el último eShopper Barometer 2018 más de la mitad de los compradores acceden desde teléfonos móviles o tabletas.
2. Planificar una estrategia SEO. Igual que se suele decir que «si no estás en la web, no existes» si no apareces en Google tampoco existes. Para muchos lugares de ecommerce el buscador de Google sigue una de las grandes fuentes de referencia a través de la que llegan los clientes. Así que usar las mejores tácticas SEO (posicionamiento en buscadores) es crítico, al igual que encajar eso en una estrategia de redes sociales y contenidos en la que se generen materiales relevantes para los clientes y para los «robots de Google». Tampoco hay que olvidarse de un buen buscador interno que permita encontrar fácilmente los productos en la tienda, buscando por palabras (y no sólo por secciones).
3. Buenas fotos y un catálogo fresco y actualizado. En muchas tiendas el aspecto visual es sencillamente fundamental. Todo lo que se invierta en tener buenas fotos (o vídeos) de los diferentes productos y en todo tipo de situaciones (tal y como vienen de la caja, en diferentes ángulos, con modelos, etc.) será interesante. Ese material puede luego reciclarse tanto para el catálogo de la web como para otros elementos de marketing o promoción. Recordemos que una buena parte de los clientes serán siempre nuevos, y puede que vengan atraídos por efemérides como la Navidad, el Día de la Madre, San Valentín o por acciones puntuales durante el Black Friday, la Semana del Soltero o incluso porque se ofrezcan los mismos productos metidos en una caja. Así que toda posibilidad de refrescar el catálogo y decorarlo con más fotos u otro «envoltorio» es bueno.
4. Examinar los carritos abandonados. Mucha gente abandona el carrito de la compra y una buena práctica es averiguar qué ha sucedido en esos casos. Puede que se echen atrás al ver los gastos de envío, que haya problemas en el formulario de compra o que necesiten ayuda pero no haya ningún canal disponible de forma clara (formulario, teléfono, WhatsApp). Todos estos detalles se pueden solucionar, pero lo primero es evaluar la situación examinando esas compras fallidas.
5. Transmitir confianza. Hay muchas formas de mejorar la experiencia de compra y transmitir una mayor confianza en la tienda: desde tener instalado un Certificado Seguro (SSL) a facilitar varias formas de contacto claramente, explicar el proceso de garantía y devolución de productos –una tendencia en alza– o facilitar toda la información bien detallada en las facturas una vez finaliza la compra.
Seguir todas estas buenas prácticas no garantizará el éxito de una tienda, pero sí que minimizará la posibilidad de cometer clamorosos errores, lo que ya supone una ventaja de por sí respecto a quienes no sean tan cuidadosos.
{Fotos: Skate Store (CC) Tarik; T Shirt Design (CC) Sourov Das @ Behance}
Excelente artículo Alvy! Muy útil y con información clara y directa al grano. La verdad es que estos contenidos se agradecen y más para novatos en el tema de ecommerce como jeje.
En la empresa donde trabajo hemos dado el salto al mundo online creando una tienda online para comercializar nuestro productos en Internet. Para nosotros es algo totalmente nuevo y nos está costando bastante arrancar por el desconocimiento que tenemos en algunos campos del mundo online.
Pero si lo piensas detenidamente, puntos como transmitir confianza, buenas fotos en las fichas de producto, etc. son aspectos que se deben cuidar al 100% cuando se quiere vender por Internet. Gracias!!