biciaceraCon el redescubrimiento de la bicicleta como un medio de transporte saludable, seguro y rápido, el incremento de la presencia de ciclistas en las calles ha creado conflictos entre peatones y ciclistas. En concreto, a pesar del aumento de los carriles o aceras bici, varios ciclistas todavía eligen, en la ausencia de estos, ir por las aceras en lugar de por la calzada, debido al miedo y los riesgos que suscita circular con el tráfico en las ciudades.

A medida que peatones y ciclistas van ajustando sus relaciones y definiendo reglas de comportamiento para el uso de una vía compartida, el Gobierno ha decidido tomar cartas en el asunto revisando el Reglamento General de Circulación, que edita la DGT. Hasta entonces, eran los ayuntamientos los que definían las normas, algunos permitiendo circular por la acera y otros, como Madrid o Valencia (que lo prohíben), o Barcelona (que lo regula), manteniendo distintos reglamentos

Aunque todo apunta a que no estará listo antes del fin de la legislatura, los borradores apuntan a una prohibición total de la circulación de bicis por las aceras fuera del carril o acera-bici. En un primer momento, el documento contemplaba permitir a los menores de 14 años utilizar la bici en las aceras, pero las protestas de asociaciones de discapacitados, que se quejan de la intrusión de las bicis en las aceras, ha llevado al gobierno a evitar polémicas y, en caso de no ser modificado, aprobar una prohibición total.

La medida necesitará una mayor inversión en infraestructura para bicis en caso de aprobar el borrador actual, ya que la conveniencia de este vehículo para desplazamientos cortos y medianos diarios, y sus efectos en el medio ambiente y en la salud, convienen a cualquier ciudad que se proponga mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

Por otra parte, el uso de la bici  como medio de transporte sostenible resulta muy necesario, ya que su generalización entre la población contribuye a recortar la emisión de gases de efecto invernadero en hasta un 25%, según estudios de la Organización Europea de Ciclismo. Ante los evidentes signos de cambio climático que estamos experimentando (olas de calor en verano, inviernos más crudos y una inquietante disminución del tamaño de los polos), soluciones tan sencillas como estimular el uso de la bici en los desplazamientos diarios, son más inmediatas y tienen un potencial de mejora comparable en un principio a la generalización del vehículo eléctrico o la tecnificación de las ciudades para convertirlas en ciudades inteligentes.


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