Los coches actuales son cada vez más complejos y disponen de mayor cantidad de sistemas que recogen ingentes cantidades de datos del exterior para procesarlos y elegir el siguiente paso, la acción a realizar.

En el caso de los coches autónomos y los coches conectados (se puede decir que los coches autónomos han de ser a la fuerza coches conectados, pero a la inversa no es necesariamente cierto), las necesidades de datos y de capacidad de procesamiento son mucho mayores, y también hacen un uso cada vez mayor de las redes de datos móviles para transmitir informaciones.

Una de las principales aplicaciones de los coches conectados es la de poder notificar a otros vehículos sobre incidencias en el camino: en este punto kilométrico hay placas de hielo; retención en la carretera X a la altura Y; carril bloqueado en este tramo por accidente, y un sinfín de posibilidades. Esto, como se puede imaginar, se hace a través de conexiones a redes de datos móviles, y funciona muy bien cuando hablamos de unos pocos coches conectados emitiendo. Sin embargo, si el 40%, el 60% o el 90% de los coches ahí fuera estuviesen conectados, las modernas redes 4G no podrían lidiar con el tráfico de datos generado: quedarían congestionadas.

La próxima generación de coches conectados necesita redes de datos móviles 5G

Coche conectado y 5G

La tecnología 5G no está implantada, y está algo lejos de ser una realidad en nuestro país (y en el resto del mundo). En España no se conoce la fecha en la que se podrá hacer un despliegue real (una buena aproximación es 2020) porque antes de eso es necesario plantear una subasta para el uso de la banda de 700MHz, es decir, la banda de frecuencias que las operadoras utilizarán para el despliegue 5G. Los detalles técnicos son muchos y no vamos a entrar en ellos, pero sí en lo importante: con ella se podrán enviar más datos, más rápido y de manera más fiable que con la red 4G. Y el despliegue será progresivo a partir de la infraestructura actual 4G/LTE.

Esa mayor capacidad es la que hará posible la comunicación entre vehículos (Car2Car) y la comunicación entre vehículos e infraestructura (Car2X), que son en esencia las dos tecnologías que harán posible los coches conectados y los coches autónomos. En España, Telefónica y Vodafone compiten en el desarrollo de sus soluciones 5G, y también en el terreno de los coches conectados, tal y como presentaron en el pasado MWC, en Barcelona.

coche conectado

Los coches conectados actuales solo necesitan una red 4G (incluso una red 3G sirve en ocasiones) porque se conectan «a la nube» esporádicamente y sin demasiada concurrencia (es decir, con pocos coches por kilómetro cuadrado emitiendo y recibiendo datos). Para soportar una red de coches realmente importante que se comunica con la nube, con el resto de vehículos y con la infraestructura hacen falta redes con mayor capacidad y con más fiabilidad y una latencia casi nula, lo que es en esencia 5G.

Muchas empresas están implicadas en sus desarrollos 5G para el futuro cercano (sobre 2020), y aparte de las dos mencionadas, a nivel internacional tenemos a Ericsson, el Grupo PSA, Intel, Huawei, Nokia, Qualcomm e incluso BMW y Daimler están formando la «5G Automotive Association«.


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