Cada vez más compradores online están dispuestos a flexibilizar el modo en que reciben los productos por diversas razones. Esperar más días para agrupar un pedido, elegir la opción con menor impacto ambiental o hacer que el paquete se entregue en un locker o punto pick-up son algunas de ellas. Estas modalidades de opciones de entrega flexibles (flex delivery) redundan en un beneficio no solo para el cliente, sino que puede que también para la tienda online.
Opciones de entrega: la velocidad ya no es la prioridad
Estas variaciones sobre las formas en que los compradores reciben los productos aparecen reflejadas en varios estudios, como por ejemplo en un reciente informe de McKinsey en el que se preguntó a más 1.000 consumidores estadounidenses y se obtuvieron más de 150.000 datos diversos. Como suele suceder, estos datos se pueden extrapolar con pequeñas diferencias a otras regiones.
La primera conclusión sorprendente es que la velocidad ya no es la prioridad. Hace años todas las empresas competían en entregas cada vez más rápidas. Recuérdese lo mucho que llamaba la intención poder pedir y recibir los productos al día siguiente, por no hablar de las entregas «en el día». Hoy en día el 90 por ciento de los compradores está dispuesto a esperar de 2 a 3 días a cambio de que el envío sea gratuito, y menos del 5% prefiere la máxima velocidad respecto a los envíos estándar sin preocuparse por el precio. Incluso se ha comprobado que más del 80% aceptaría plazos de incluso 4-7 días si no hay coste añadido.
Esto supone un beneficio para las tiendas y empresas de transporte, que tienen más tiempo para organizar sus operaciones, preparar los envíos y enviar los paquetes de la forma más óptima en cuanto a costes. No más kilómetros en vacío ni largas rutas para unas pocas entregas.
La sostenibilidad, otro factor relevante
Al igual que sucede con los plazos de entrega, los consumidores son también más conscientes de que es mejor agrupar varios paquetes o productos, que en algunos marketplaces pueden provenir de varios proveedores, en un envío único. Esta opción no solo es más sostenible, sino también más cómoda (no hay que «estar en casa» en días diferentes).
Según el estudio, más del 35% está dispuesto a pagar un pequeño extra por asegurarse de que los envíos son más ecológicos, pero solo hasta 2 dólares. Como suele suceder, el perfil más afín con esta posibilidad son los jóvenes de 18 a 34 años de zonas urbanas (hasta el 55%).
Otras opciones flexibles
Además de las anteriores, que son quizá las más relevantes, tampoco hay que olvidar otras opciones:
- La posibilidad de programar la hora de entrega. Esto da mayor flexibilidad a los compradores, que pueden planificarse el día tras recibir con antelación el aviso de entrega. Con franjas horarias normalmente de dos horas, o simplemente con opciones de mañana y tarde, el resto del día queda libre para el receptor. Esta opción es muy común en supermercados y tiendas de alimentación, que solo pueden hacer un máximo de entregas en cada franja horaria y han de optimizar sus recursos.
- Recibir el pedido en ubicaciones alternativas. Cada vez más tiendas online ofrecen la posibilidad de añadir varias direcciones a una especie de mini-agenda para indicar si los pedidos deben enviarse a casa, al lugar de trabajo, a un locker o punto pickup, etc. Esto facilita la vida a los compradores. Para los diseñadores de la tienda es simplemente añadir y guardar algunos campos extra procedentes del formulario de compra. También es habitual ofrecer guardar varias tarjetas de crédito (algo cada vez más común, con diversos usos para cada una de ellas) tras haber sido convenientemente verificadas, o diversos medios de pago.
El futuro de las entregas será mejor si todos los implicados, desde las tiendas a las empresas de transportes y los consumidores, asumen el compromiso de elegir opciones más inteligentes, flexibles y sostenibles. Incluso cuando hacerlo requiera un poco más de planificación y esfuerzo.
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Ilustración: GPT-5
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