Un artículo publicado por Erik Josefsson de la multinacional sueca de telecomunicaciones Ericsson explica cómo algunas veces los robots no son tan importantes como la conectividad, por ejemplo a la hora de organizar y gestionar un almacén robotizado. Si bien es cierto que los robots y otros sistemas de automatización son cada vez más baratos, trabajan sin descanso y tienen un montón de ventajas cuando se los compara con sus equivalentes humanos, la forma en que se «conectan» máquinas y objetos en los almacenes es lo que permite avanzar y disponer de mejores soluciones.

Según Ericsson se calcula que ya había unos 4.000 almacenes robóticos funcionando el año pasado, número que seguirá aumentado a medida que los costes bajan. Para 2025 podrían ser 50.000 y no solo del tamaño de los almacenes logísticos gigantes de empresas como Amazon, Target o Tesco sino también más pequeños y con variadas características y ubicaciones.

Pero para que los robots funcionen y los paquetes circulen por todas partes de forma óptima es necesario que ese viaje esté perfectamente organizado; es vital saber dónde está cada pequeño paquete en cada momento y cómo se mueve de un sitio a otro, tanto por todas partes del mundo como dentro de los propios almacenes.

Ericsson1Y no solo eso, la competitividad es tan alta que como explicaba en otro vídeo Matt Jan Höller –investigador especializado en la Internet de las Cosas de Ericsson– que ya es normal utilizar sistemas de inteligencia artificial para predecir qué va a suceder, entender qué es lo que ha fallado cuando algo falla y sobre todo evitar que se repita. Pero para todo esto hacen falta datos. Muchos datos.

Estos expertos entienden la situación como una especie de cadena en la que la conectividad y tecnologías como el 5G (e incluso el 4G LTE actual) son claves. Visto de lejos, hay una cadena que va desde las fábricas y almacenes de montaje donde se producen los productos, a los centros logísticos, y de ahí finalmente a los clientes finales. La cadena logística productor-almacén-cliente es la de más alto nivel. Pero en cada nivel hay otras cadenas similares. En el almacén los responsables quieren saber dónde está guardado cada palet, qué cajas contiene y qué paquetes individuales contiene cada caja, además de quién las ha manipulado, en qué estado están y si todo está en orden. Todo esto produce cantidades masivas de datos sobre la posición de los objetos, sus movimientos y todo lo que sucede a su alrededor; además en tiempo real.

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La forma de hacerlo es con tecnologías tradicionales adaptadas (Bluetooth, Wi-Fi, sensores…) pero que con el paso del tiempo pueden presentar problemas (lentitud, rango limitado, interferencias, obsolescencia, etcétera). O bien se pueden usar tecnologías más modernas como 4G LTE o 5G para interconectar todos los equipos y paquetes. Algunas de las ventajas del 5G son claras en estos entornos como los almacenes logísticos:

  • Tiene mayor alcance
  • Utiliza frecuencias libres de interferencias
  • Es más seguro
  • Es más rápido
  • Permite priorizar los dispositivos más importantes

Estas tecnologías de conectividad posibilitan además el funcionamiento de otras que resultan claves para los centros logísticos, principalmente las grandes máquinas de transporte: elevadoras, robots clasificadores, drones e incluso los vehículos como coches y furgonetas autónomos que «conducen solos». Los pequeños AGV (vehículos de guiado automático) de los que cada vez hay más tipos (lanzaderas, horquillas elevadoras, cargadores de palets, etcétera) pueden equiparse con esta conectividad y resultan más eficientes. Según Ericsson está previsto que ese sector de los AGV tenga un crecimiento del 20% anual durante los próximos años y su importancia para los centros logísticos hace que necesiten del 5G y otras soluciones de conectividad para funcionar de forma óptima.


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