El departamento de innovación de IBM es apodado por muchos «el Rey de las patentes» porque desde hace décadas ocupa el primer puesto del registro de patentes de Estados Unidos. Cada año registra miles de invenciones en todo tipo de áreas que tienen que ver con la tecnología y la innovación y en 2016, por ejemplo, presentó ante la autoridad oficial más 8.000 patentes a su nombre y de los técnicos y científicos que trabajan en sus laboratorios (8.500 de 47 países).
La última que han registrado es la es la patente estadounidense número 9.561.852 que tiene como curioso título «Transferencia de paquetes en vuelo entre drones aéreos. Tal y como explican los dibujos y el texto de la patente, se trata de un método para ampliar la autonomía de los drones durante el transporte de paquetes realizando la transferencia del envío de un dron a otro. De este modo el paquete completa la ruta en varias fases sin que el dron que lo transporta tenga que parar para recargarse o cambiar sus baterías.
Como sucede con este tipo de patentes la descripción es excesivamente detallada pero genérica: por un lado hay que explicarlo casi todo; cómo funciona un dron, cómo se controla, se propulsa, se orienta, etcétera. Por otro no debe concretar si el dron tiene cuatro o seis hélices, o siquiera si serán hélices –podrían usarse otra tecnología en el futuro– pues limitaría la cobertura de la patente – así que es mejor hablar simplemente del «dispositivo de propulsión del dron». Por estas razones la patente a veces no se refiere a ningún detalle técnico en concreto (existen muchos tipos de drones, paquetes y de formas de llevar a cabo la idea) pero lo que explica debe ser suficiente para realizar el invento de forma práctica.
Las imágenes de la patente muestran uno de los métodos: una especie de «percha» situada en la parte superior de ambos drones. Para realizar la transferencia ambas perchas se acoplan, algo que los drones pueden hacer con precisión – y se detalla un anclaje que parece una especie de embudo. El paquete, mientras tanto, está colgado de uno de los drones y sujeto por una cuerda. Cuando ambos drones se encuentran en el aire la cuerda se hace pasar mecánicamente por la percha de un dron a otro (haciendo subir a un dron o bajar al otro) para luego separar las perchas y que continúe el viaje.
Otro de los métodos se aplica a cuadricópteros aparentemente más grandes. La base es cuadrada y los paquetes reposan en la parte interior, en una especie de jaula (que está vacía cuando no transporta nada). Cuando los drones se encuentran se colocan uno encima del otro y se abren unas compuertas laterales: el paquete simplemente «cae» de un dron al otro. En algunas de las versiones se aprovecha el hecho de que los cuadricópteros puedan volar invertidos o invertir sus hélices.
Entre las aplicaciones prácticas del método descrito en esta invención estarían el transporte de objetos y paquetes con contenido valioso, evitando problemas como los robos: dado que se cree que esa posibilidad sería preocupante con este invento se minimiza el problema haciendo que los drones sean menos vulnerables, pudiendo volar a cierta altitud hasta llegar a su destino pero evitando tener que hacer paradas por el camino.
El otro problema principal que aborda la invención es la autonomía de los drones. Como los aficionados a estos aparatos bien saben la capacidad de sus baterías deja todavía mucho que desear: sus motores consumen vorazmente las pequeñas y ligeras baterías y es raro encontrar un dron que tenga más de 30 o 60 minutos de autonomía. La mayor parte varían entre unos pocos minutos y bastante menos de una hora. Aunque se están investigando también métodos de recarga en vuelo solo pueden funcionar un tiempo muy limitado y si han que recorrer largas distancias esto puede ser un problema. Pero si una invención como la de IBM permite que un dron transfiera un paquete de un dron a otro podría organizarse una red de drones para completar el transporte de forma segura en varias fases.
Las implicaciones de todo esto para el comercio electrónico y los envíos de objetos no demasiado pesados en las rutas logísticas habituales puede ser importante, aunque todavía habrá que verlo «en acción» en drones comerciales. También habrá que esperar a la concesión definitiva de la patente a IBM, puesto que alguna otra empresa puede cuestionarla por considerarla «demasiado trivial» o basada en algún invento anterior.
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