Unos ingenieros de la Universidad de Amsterdam han desarrollado un sistema de ayuda a la navegación callejera para bicicletas, con el objetivo de hacer que circular por las calles en bicicleta (o moto) sea menos complicado, más eficiente y, a la vez, permita evitar accidentes por desviar la atención de la calzada. La idea es tan sencilla como esta: un cinturón que vibra para indicar al conductor hacia donde tiene que girar al llegar a las intersecciones.

El cinturón vibrador de guiado (que han denominado «vibrobelt») se comporta como un sistema «manos libres» en el que no hay que tocar nada: la búsqueda y selección de la ruta se hace con el teléfono inteligente que envía las señales adecuadas al cinturón. Este contiene los mecanismos de vibración ubicados en diversas posiciones (izquierda, derecha, delante) de modo que puede emitir las vibraciones de guiado en los momentos adecuados – igual que los GPS de navegación de los coches avisan antes de llegar a las rotondas o cruces de calles.

Además de indicar los giros, el sistema puede avisar, mediante secuencias de vibraciones «codificadas», otros datos sencillos de entender, como por ejemplo la distancia hasta el lugar de destino.

La idea es que el ciclista no tenga que desviar nunca la vista de la calzada, algo que en muchas ocasiones provoca accidentes por falta de atención. Este mismo problema se ha cuantificado en otros vehículos como los coches, de ahí que sea tan peligroso, por ejemplo, usar el GPS en marcha (para programarlo con el teclado) o teclear mensajes de texto en el teléfono móvil. El resultado al usar este sistema son trayectos en rutas óptimas de una forma segura.

En las pruebas realizadas por los ingenieros, se equiparon a unos veinte voluntarios con estos cinturones y se les envió a completar rutas desconocidas para ellos. Otros tantos viajaban con un teléfono inteligente y un GPS adaptado al manillar de la bicicleta. El resultado de la prueba fue que, aunque todos consiguieron llegar a su destino, los que llevaban el cinturón pudieron responder a más preguntas correctamente sobre los lugares por los que habían circulado, demostrando así que podían prestar más atención a lo que sucedía a su alrededor que los que tenían que ir mirando el GPS.

Esta «interfaz inteligente» también se ha planteado para otros escenarios, como para conductores de otro tipo de vehículos o, incluso, para las tropas del ejército, que podrían recibir instrucciones sencillas y codificadas sobre qué acciones llevar a cabo a través de pequeñas vibraciones en ciertas zonas de sus trajes.

{Foto: Luv Rides Bikes (CC) Inessa Akhmedova @ Flickr}


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