Yellow Cab (CC) Joe A. Kunzler @ Flickr
A partir del 1 de septiembre de 2019 los coches eléctricos tendrán que hacer algún tipo ruido cuando circulen a más de 30 km/h. Esta es una de las nuevas reglas de la normativa de tráfico de la NHTSA, una de las agencias que regula la seguridad vial en Estados Unidos. La cuestión es ¿por qué tienen que hacer más ruido del necesario?

Al conducir un coche híbrido, una de las sensaciones más impresionantes es, sin duda, la del más absoluto silencio cuando el coche está parado o utilizando el motor eléctrico a baja velocidad (el motor de gasolina se activa automáticamente a unos 40 km/h, al acelerar bruscamente o cuando la batería está baja). El silencio es tal, que cuando el coche circula parece estar moviéndose «en punto muerto» y no es fácil oírlo. En lugares particularmente silenciosos, como los edificios con parking o de asfalto especialmente suave, el coche parece circular en «modo oculto», como las naves Klingon de Star Trek.

Esto no está exento de problemas. Durante los primeros años de comercialización de coches híbridos, esta sensación de silencio se traducía a veces en aparente peligro. Especialmente porque hace una década la gente no estaba acostumbrada a la existencia de este tipo de vehículos. De hecho, era normal que muchos los señalaran por la calle, diciendo: «mira, no hace ruido». El caso es que, al girar una esquina en calles pequeñas, ir marcha atrás o cuando la gente andaba por mitad de la calzada despreocupada de lo que sucedía a su espalda, estos coches pasaban completamente desapercibidos hasta que los peatones lo tenían casi encima. Era normal tener que ir a ritmo de paseo junto a alguien hasta que se daba cuenta. Las alternativas eran hacer sonar el claxon o forzar la activación del motor de gasolina. Con el tiempo, la gente y los conductores se han ido acostumbrando, pero parece que eso no es suficiente.

Las autoridades estadounidenses consideran que ese extremado sigilo puede causar hasta 2.400 accidentes con daños a peatones, en especial entre los invidentes. Por eso pondrá en marcha la nueva normativa obligatoria que hará que los vehículos eléctricos silenciosos tengan que hacer algún tipo de ruido entre 0 y 30 km/h. Se considera que si van a más de 30 km/h el ruido habitual de las ruedas con el asfalto y las turbulencias del aire serán suficientes.

Algunos fabricantes ya habían anunciado la instalación de un dispositivo en sus vehículos para generar este ‘ruido’, e incluso a día de hoy se venden «complementos» que se instalan bajo la carrocería o junto a las ruedas con este fin. El sonido que emiten es una especie de «ruido blanco», que simula el runrún del motor, nada demasiado extraño. Es un tanto paradójico que una de las ventajas de estos vehículos, que es la eliminación de la llamada «contaminación acústica», se pierda en parte.

No obstante, la situación no es nueva. Los Segways que circulan en las zonas turísticas de muchas ciudades, sufrieron el mismo problema cuando se inventaron. La solución que encontró el fabricante fue equiparlos con un ligero zumbido, que eligieron cuidadosamente para hacerlo armonioso, y que avisa a los peatones de que hay un aparato de cierto tamaño rodando cerca. Una solución un tanto tosca y contradictoria, pero efectiva al fin y al cabo.

{Foto: Yellow Cab (CC) Joe A. Kunzler @ Flickr}


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