Desde 2012 hasta ahora Kickstarter ha financiado de forma «colectiva» miles y miles de proyectos de todo tipo: gadgets, ropa, juguetes, obras artísticas… Dicen que se en parte se ha convertido en una especie de bazar chino donde se puede encontrar de todo, pero también en una especie de recóndita tienda donde pequeñas joyas han visto la luz para deleite de los compradores.

Para quien esté en busca de inspiración, estos han sido los diez proyectos más potentes en cuanto a financiación colectiva en Kickstarter en estos últimos cinco años.

Recordemos que en Kickstarter se plantea el proyecto por una cantidad (por ejemplo, 20.000 euros) pensando en vender cierto número de unidades, digamos 200 a 100 euros. Si se alcanza la cifra en el plazo previsto, el proyecto tiene luz verde y se cobra el dinero a la gente; si no se alcanza, se cancela. Muchos de estos proyectos consiguieron muchísimo más dinero del que planteaban originalmente y también en menos tiempo: algunos en cuestión de horas.

Pebble

#1 Pebble Time, el reloj inteligente: 20 millones de dólares. El Pebble fue uno de los primeros smartwatches que se planteó como una alternativa barata, resultona y abierta. Esta fue la tercera versión: consiguió un millón de dólares en menos de una hora.

#2 Coolest Cooler, algo más que una nevera: 13 millones de dólares. Es un gadget muy propio de teletienda: una nevera portátil que además lleva altavoces, puerto USB, abrelatas… El chisme definitivo para irse de picnic.

#3 Pebble 2, el clásico mejorado: 13 millones de dólares. La segunda versión del Pebble fue tan exitosa como la primera. El fabricante aprendió de los errores y mejoró lo que los usuarios le pedían y surgieron nuevos diseños y funcionalidades.

#4 Kingdom Death: Monster, un juego de terror: 12 millones de dólares. Un juego de tablero planteado como «una experiencia de terror colectiva» en un mundo de pesadilla en el que hay que sobrevivir. Toda una legión de fans apoyando a un gran equipo creativo y artístico.

#5 Pebble Technology, el original: 10 millones de dólares. El primer reloj personalizable de Pebble con un montón de apps, conectable a iPhone o Android. Con el tiempo lanzaron otros modelos y se montó toda una empresa detrás. Pebble tiene 3 de los 10 proyectos más exitosos de todo Kickstarter.

#6 BauBax, la chaqueta multiusos: 9 millones de dólares. Otro chisme propio de teletienda: una chaqueta de algodón donde tiene cabida cualquier gadget gracias a sus bolsillos apropiados para gafas, teléfono, iPad, cartera… Algunos son «táctiles», otros con cremallera de seguridad. Y, cómo no, con agujeros para auriculares, cargador portátil y hasta la bebida… Por si fuera poco también lleva incorporada una almohada de cuello, una máscara de dormir, guantes y hasta un forro polar. Increíble que quepan tantas cosas en una prenda.

Exploding Kittens

#7 Exploding Kittens, un alocado juego: 9 millones de dólares. Este extraño juego de cartas en el que los protagonistas son «gatos, rayos láser y a veces cabras» debe parte de su éxito a que su creador es Matthew Inman, el de las populares historietas cómicas de The Oatmeal. Además dicen que los juegos de cartas y tablero son especialmente fáciles de producir – básicamente creando un prototipo que probar y luego enviándolo a diseñar y a imprenta, de modo que si se cuenta con cierta base de usuarios fieles esa puede ser una buena estrategia de venta.

#8 OUYA, la videoconsola diferente: 8 millones de dólares. Una consola de videojuegos y multimedia que con un diseño muy llamativo y precio asequible se planteó para jugar en el televisor con aplicaciones Android.

#9 Everyday: mochilas, bolsos y bolsas de accesorios: 6 millones de dólares. El planteamiento de estas mochilas, bolsos y bolsas es convertir esos complementos convencionales en algo parecido a los equipos de fotógrafos, «diseñados con más ingeniería que arte». De este modo se hace de un objeto normal y corriente en una solución llena de bolsillitos, protecciones, enganches y demás: lo que se necesita para la vida moderna.

#10 The Fidget Cube, adiós estrés: 6 millones de dólares. Es un juguete tan simple como un cubo (literalmente). Pero en cada cara tiene un mecanismo distinto: un pulsador, ruedecitas, botones… de modo que resulta ideal para relajarse, pulsarlo mientras se está pensando o para desterrar de forma natural feas costumbres como morderse las uñas. Diseñarlo, imprimirlo en 3D para probarlo y enviarlo a China a fabricar, poco más se necesita. Se popularizó antes que los fidget spinners, lo cual tiene su mérito.


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