OneWheel: un monopatín eléctrico

En cuestiones de movilidad no dejan de aparecer inventos cada día a cual más llamativo. Uno de los últimos es el OneWheel, que está culminando una existosa campaña en KickStarter donde ha sobrepasado el medio millón de dólares (se conformaban originalmente 100.000). Es tan simple como lo que se deja ver en las fotos y el vídeo de acompañamiento: un monopatín con una sola rueda: eso sí, en versión tecnológicamente avanzada, con sensores, motor eléctrico y recarga perfectamente ecológica y sostenible.

Aunque parezca más complicado de pilotar que un monopatín convencional, sus creadores dicen que se aprende a manejar en un minuto. Si tenemos en cuenta que los populares Segway afirmaban lo mismo a pesar de su aparente «equilibrio autónomo imposible» tal vez sea cierto eso que explica uno de los ingenieros en el vídeo acerca de que «es lo más parecido que puede haber al patinete volador de Regreso al Futuro».

El secreto del equilibrio el OneWheel es un giroscopio que detecta en milésimas de segundo la inclinación del monopatín. Esto permite al procesador dar instrucciones al motor eléctrico de 500 W (y sin cadena) para equilibrar y desplazar el aparato – a velocidades de hasta 20 km/h. Incluso es capaz de subir pendientes (de hasta el 10 por ciento de inclinación) a costa de un mayor gasto de batería.

Este mismo motor pero funcionando a la inversa se utiliza como sistema de freno regenerativo, algo parecido al famoso KERS de los coches de Fórmula 1. Eso quiere decir que al bajar por una rampa se puede aprovechar para recargar la batería y alargar su duración.

El OneWheel puede convertirse en un nuevo deporte divertido o en un medio de transporte ocasional para trayectos cortos de forma eficiente; lo tendrá difícil como forma para moverse por la ciudad por las mismas razones que el Segway: su autonomía es muy limitada (entre 6 y 9 km) y la postura de pie no resulta precisamente la más cómoda del mundo – en este tipo de aparatos mantenerse quieto en tensión en la misma postura es lo que muchas veces agota a los usuarios.

Eso sí: este monopatín es completamente eléctrico: con un cargador rápido puede recargarse en 20 minutos; con la versión normal necesita un par de horas. Como «juguete» no resulta precisamente barato: las unidades para los pioneros en apoyar el proyecto han salido por cerca de 1.000 euros; no está claro si luego será más barato o más caro para el resto – y todavía queda el proceso industrial: crear versiones personalizables, resolver el «problema» del guardabarros (están en ello) y otras cuestiones. ¿Lo veremos popularizarse en las ciudades? Tal vez poco a poco. Pero es los inventos que revolucionan el transporte tampoco se inventan en dos días.


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