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Miguel Ángel Uriondo es uno de los periodistas de tecnología más reconocidos de nuestro país. Actualmente ejerce en la revista Actualidad Económica, que compagina con otras actividades, como su blog, en donde trata todos los temas de la actualidad del sector tecnológico.

Mañana 2 de diciembre formará parte del jurado que elija al proyecto ganador de Desafío SEUR. Esta edición se premiará con 5.000€ al emprendedor que presente el mejor proyecto empresarial de una ecommerce basado en su viabilidad y proyección de futuro.

Aprovechamos esta ocasión para charlar con él sobre el estado y el futuro del e-commerce en nuestro país.

1-      No paramos de ver noticias en los últimos meses que sitúan a España como líder del comercio electrónico en el sur de Europa, ¿A qué se debe este liderazgo en nuestro país?

En España tenemos muchos defectos, pero una de nuestras grandes virtudes es que adoptamos con entusiasmo las nuevas tecnologías. No digo que a veces no lo hagamos solo para impresionar a los vecinos pero, sea cual sea el motivo, bienvenido sea. Yo mismo tengo que reconocer que en mi casa, las últimas Navidades, absolutamente todos los regalos los compramos por Internet y en muchas tiendas diferentes. Para mí ir de compras no es un gusto, es una necesidad y una molestia. El comercio electrónico la minimiza. El 83% de las compras de supermercado que hacemos en casa las hacemos ya por Internet.  El otro día me puse a buscar en mi barrio una pila muy especial para mando a distancia del Bluetooth del coche. Ni en la ferretería, ni en los decomisos, ni en los chinos. No sé ni por qué me molesté en darme el paseo. En Internet lo encontré en un minuto y en dos días la tenía en casa.

2-      ¿El futuro de las ecommerce pasa por las start ups?

No solo por las start-ups. Depende del ecosistema como un todo. El futuro pasa por los grandes grupos ‘tradicionales’, por las compañías nativas de Internet, por las start-ups, y también por las empresas de logística y distribución. Las start-ups traerán, sin duda, una innovación constante al ecosistema, pero no olvidemos que compañías que hoy son colosos fueron start-ups hasta hace no tanto y están acostumbradas a pensar desde fuera de la caja. Hoy se habla de que Amazon no ha cosechado mucho éxito con su ‘teléfono para comprar’. Nunca pensé que fuera a tenerlo, pero siempre admiré su voluntad de subvertir las reglas del juego.

3-      Como miembro del jurado de Desafío SEUR, ¿qué esperas de los participantes?

Como periodista me siento siempre como miembro de un jurado. Me ofrecen muchas historias de empresas pequeñas, algunas porque están teniendo mucho éxito y otras porque tienen muy buenas ideas. Me aterra no prestar la atención suficiente. Que un día un emprendedor me intente explicar una idea que vaya a cambiar el mundo y no hacerle su primera entrevista. Aunque también me preocupa volver a tragarme embustes como el de Gowex. Creo que tengo una responsabilidad, aunque pequeña, y me la tomo muy en serio. Al final, a la hora de discriminar lo único que puedo hacer es preguntarme si la gente de mi entorno o yo mismo estaríamos dispuestos a utilizar/comprar regularmente los servicios/productos de una start-up.  

4-      ¿En qué se deberían centrar aquellos que quieran emprender la aventura online?

Emprender es algo tan difícil, tan retador y que exige tanto esfuerzo, que evitaría a toda costa emprender por el gusto de hacerlo o porque sea una opción de moda. Cito a menudo el poema If de Rudyard Kipling, especialmente aquello de “si eres capaz de llenar el inexorable minuto con sesenta segundos de esfuerzo denodado”. Para hacerlo no basta con el postureo emprendedor. Es necesaria verdadera pasión.

5-      ¿Está todo inventado en ecommerce? ¿Cuál crees que será la próxima revolución en este sentido?

Creo que el comercio electrónico va a tener dos revoluciones diferentes. La más evidente tiene que ver con big data. Es la única tecnología que conozco que utiliza como nombre la descripción del problema y no la solución. Big data es la vaca que hemos creado entre todos y la tecnología va a ayudarnos a ordeñarla.

Creo que la segunda revolución va a ser silenciosa y se va a basar en lo que seamos capaces de aprender de los países en vías de desarrollo. En el mundo de las telecomunicaciones ha pasado algo curioso: como las redes móviles eran fáciles de desplegar, muchos países ignoraron las complejidades del fijo y se centraron en el móvil. Como no tenían dinero para terminales de última generación, aprendieron a hacer cosas impresionantes con viejos Nokia. Esto permitió que el dinero móvil fuese una realidad mucho antes en Nairobi que en Madrid.

Creo que hay países con la capacidad real de comportarse como start-ups a la hora de plantearse su futuro como nación. Sin grandes legados que les lastren en instituciones o infraestructuras, puede que algunos consigan estabilidad social, política y democrática suficientes como para poner en marcha atajos con los que hoy ni siquiera soñamos. Esto se trasladará a muchos sectores, y el comercio electrónico será uno de ellos.


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