El crecimiento del e-commerce es un hecho innegable, y que los clientes así lo perciben, una evidencia. Pero, ¿qué piensan los negocios que ya han dado sus primeros pasos en este mundo? El informe elaborado por el Observatorio eCommerce y Transformación Digital analiza la valoración que hacen los diferentes sectores de su experiencia en el comercio electrónico.

Los datos de la CNMC arrojan un espectacular crecimiento del comercio electrónico interanual del 21,5%. Es natural pensar entonces que el 90% de los negocios tiene previsto crecer alrededor de un 10% a lo largo de 2017 gracias a sus ventas por Internet.

Los hábitos de consumo han hecho que se utilice la compra online para productos cuyo precio se mueve mayoritariamente en una horquilla entre los 50 y los 100 euros, si bien una confianza cada vez mayor por parte de los consumidores ha permitido ampliar este ratio enormemente.

El grado de satisfacción con el comercio electrónico es tal por parte de los vendedores, que el 61% de ellos está dispuesto a seguir innovando y probar nuevas vías de negocio, incluso más allá de nuestras fronteras. Hasta un 51% declaran que este 2017 será el año de su salto internacional como una forma de salir de la zona de confort, el mercado nacional, con una clara intención de adaptarse al mundo globalizado y cada vez más competitivo.

Esta apuesta por la internacionalización va aparejada a un fuerte empujón al marketing digital como herramienta de promoción. Si en el negocio offline la publicidad era una herramienta de promoción necesaria, también se considera que el marketing digital lo sea en el ecommerce. Las redes sociales tienen todavía un largo recorrido como herramienta de marketing digital: el 89% de los encuestados no está dispuesto a pagar más de 5.000 euros en publicidad en este ámbito.

Sigue siendo muy importante tener en cuenta la satisfacción del cliente en torno a estas transformaciones, es la mejor herramienta de calificación. Sin embargo, sólo el 56% de los negocios dispone de dichas herramientas en sus páginas web o aplicaciones.

El comercio electrónico goza, por tanto, de buena salud, con una confianza cada vez mayor tanto por parte de vendedores como de clientes, y con una clara voluntad de innovación para un mundo globalizado en el que la distancia entre ambos es cada vez menor.


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