Si algo caracteriza a los eCommerce, es el amplio abanico de formas de pago disponibles que ofrecen a sus clientes. 

La situación de cada uno es diferente, y por eso todas las opciones que se den a la hora de pagar son bienvenidas. Por eso, no es de extrañar que las compras online hayan ido poco a poco adoptando algunas de las ventajas de las compras físicas, como es una cierta flexibilidad a la hora de realizar el pago.

El pago a plazos, cada vez más común

Como ocurría en el pasado y era además una frase recurrente en los eslóganes de grandes marcas, el «pague hasta en 12 meses» ha llegado también a los eCommerce. En este sentido, existen diversas formas de pago a plazos en los que el riesgo lo asume el propio negocio o una entidad financiera externa.

Esta primera es la más habitual, en la que no se emplea apenas papeleo para asegurar que el cliente irá pagando su cuota mensual después de recibir el producto, y es la plataforma de eCommerce la que asume el posible riesgo de impago.

El fraccionamiento del pago puede conllevar o no un coste adicional al inicial para cubrir en cierta medida ese riesgo, pero no siempre es así. Muchas veces, de entrada, se ofrece con productos de un elevado coste como equipos informáticos o electrodomésticos, normalmente cuando superan los 200 euros.

En países como Estados Unidos, el coste adicional por la financiación ha hecho crecer enormemente los beneficios, ya que incrementa hasta un 35% el importe del ticket medio en compras online, según revela un estudio de la compañía Affirm.

¿Quién asume el riesgo?

Si hablamos de quién es, en última instancia, quien asume el posible riesgo de impago, hay varias alternativas. Hay negocios online que lo asumen en primera persona con un sistema de financiación propio.

Pero cada vez son más habituales las plataformas de financiación que, integradas en nuestro eCommerce, ofrecen el pago a plazos al cliente. Se trata de servicios financieros que emiten un crédito al instante de forma rápida, sencilla y, especialmente, segura. Este se valida al finalizar el proceso de compra, de manera que se trata de un servicio instantáneo tanto para el vendedor como para el cliente.

Primero recibo mi pedido, luego pago

Una de las ventajas del pago aplazado es recibir el producto antes de empezar a pagarlo. Esto es tremendamente útil si tenemos en cuenta que una de las principales reticencias de los clientes a la hora de comprar online es la supuesta complejidad a la hora de hacer un cambio o una devolución.

Recibir antes de empezar a pagar permite al cliente probar el producto durante un periodo de tiempo antes de efectuar el primer pago. De esta forma, existe así un cierto «periodo de prueba» para que el cliente se asegure de que ha hecho la elección correcta y que el producto es de calidad.

Por eso, junto a los diferentes métodos de pago, el mostrarnos flexibles a la hora de que el cliente nos pague su compra en nuestro eCommerce, se transforma en un aliciente para que nos elijan y terminemos fidelizándole.

 


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