Estocolmo / (CC) Jon Flobrant @ Unsplash

Los coches eléctricos son uno de los factores más relevantes de la ecomovilidad; al fin y al cabo los automóviles son actualmente los vehículos de transporte más usados y también están entre los más contaminantes globalmente. De modo que si se va reemplazando poco a poco la flota mundial a vehículos que no dependan de los combustibles fósiles tendremos una buena parte del camino avanzado.

La energía eléctrica que consumen ha de ser generada de alguna forma y esto puede producir externalidades que hagan que para contaminar menos en un sitio (los coches) contaminemos más en otros (las centrales de carbón). Dentro de que es inevitable contaminar a la hora de fabricar los coches, sí que puede reducirse el impacto utilizando energías renovables (fotoeléctrica, hidráulica, eólica).

Sobre el segundo factor poco hay que hacer, porque si queremos viajar en automóvil tendremos que fabricar coches, aunque cada vez se avanza más en la utilización de materiales reciclados y en productos menos contaminantes (por ejemplo para las baterías).

Sobre el primer factor, el origen de la energía, Jakub Marian preparó una infografía explicando cómo son las emisiones contaminantes de los vehículos eléctricos en cada país. Esto es relevante porque el mismo vehículo puede contaminar más o menos según sea el origen de la electricidad que lo mueve. (También hace variar el precio que se paga por la electricidad.)

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En el gráfico pueden verse la gran diferencia entre los países «más verdes» y los «menos verdes». El color indica la cantidad de CO2 emitido por kilómetro por cada coche, algo que varía entre los 74 gCO2e/km de Islandia y los 292 gCO2e/km de Estonia. Para hacernos una idea, el valor de 180 gCO2e/km es el equivalente a un coche comparable de gasolina. Esto quiere decir que todo lo que esté por debajo son vehículos cuya huella de carbono es menor que un coche convencional; y aunque suene esperpéntico, lo que esté por arriba contamina incluso más que un coche convencional.

La lista de ecomovilidad la encabezan países como Islandia, Noruega, Suecia, Suiza y a continuación otro grupo entre los que estaría España. En la cola, muchos países del Este: Estonia, Bielorrusia e incluso Grecia. La razón es simple: en los países mejor situados la mayor parte de la energía eléctrica es limpia, generada por ejemplo a partir de centrales hidroeléctricas o eólica. También los países con centrales nucleares tienen una huella menor que la de otro tipo de generación (aunque siempre queda pendiente el tema de los residuos nucleares). Los siguientes en la lista son los países que utilizan principalmente gas natural (especialmente Alemania, Inglaterra e Italia) donde los hechos parecen indicar que no tienen gran interés en solucionar el problema. Finalmente están los países más atrasados en este aspecto que generan la electricidad con carbón o variantes del petróleo.

Podemos congratularnos por tanto de estar en uno de los mejores países de Europa en lo que se refiere a las emisiones contaminantes cuando se usan los coches eléctricos. Eso sí, hablar de su coste o de las complejas matemáticas económicas que se aplican a la factura eléctrica es harina de otro costal.

{Foto: Stockholm, Sverige (CC) Jon Flobrant @ Unsplash}


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