Son muchas ventajas las que tiene el e-commerce. Por un lado, es uno de los pocos sectores que está creciendo a pesar de la crisis -en el primer trimestre de 2011 el comercio online creció por encima del 23% interanual según la CMT en su informe sobre el comercio electrónico-, y por otro,  es para el consumidor un medio muy cómodo para hacer sus compras. Pero, ¿y si además es ecológico?

Vamos a analizar por qué sí lo es. En primer lugar, y por ser lo más destacable, evita el desplazamiento de miles de consumidores a las tiendas físicas para realizar sus compras. Según un estudio de la Carnegie Mellon University con la compañía Buy.com, se observó que en lo que se refería a emisiones de dióxido de carbono, el 65% provenían de los desplazamientos de los clientes hasta la tienda (teniendo en cuenta que la media del trayecto ida y vuelta era de 22 kilómetros). Si la compra se hacía online, calcularon una reducción del CO2 en más de un tercio.  Las emisiones restantes son de los vehículos de reparto, para lo que se puede hacer uso de vehículos eléctricos, como los que desde hace unos años, se están implantando en la flota de SEUR para asegurar un reparto “verde”.

Por otra parte, es importante destacar el uso de las nuevas tecnologías para avisar a los clientes de la entrega de sus pedidos, como los SMS y los mails, además de las facturas electrónicas, con las que se ahorrarían no solo papel, sino también dinero. De hecho, el uso de las facturas electrónicas podría ahorrar unos 15.000 millones de euros por un lado, y toneladas de papel por otro. Telefónica anunció que  por cada tonelada de papel que se fabrica, hacen falta 14 árboles, 100.000 litros de agua, 3.000 kilovatios de energía y se emiten 1,4 kilos de dióxido de carbono. Si en 2011 las impresiones de papel en las empresas ascendió a 150 millones al año, no hay más que hacer un cálculo rápido para saber que el ahorro es considerable.

Aunque no todo es tan positivo si, por ejemplo, entramos a hablar delpackaging o embalaje. En ocasiones, el envoltorio resulta demasiado grande para el pedido o el material no es ambientalmente sostenible, pero no hay duda de que este aspecto ya es prioritario para muchas empresas que ya han introducido el uso de materiales reciclados, y adaptado las medidas de las cajas a los distintos tipos de productos.

En definitiva, el e-commerce no solo se presenta como el negocio del presente y el futuro a nivel económico, también lo es desde un punto de vista más sostenible. Ahora, solo queda continuar trabajando para desarrollarlo al máximo.


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