Hoy en día cualquiera puede tener una web de eCommerce en apenas unos minutos, pero eso no es lo mismo que crear un negocio de eCommerce. Todos tenemos al alcance las plataformas de redes sociales como Facebook, Twitter, LinkedIn y tantas otras, y además es muy sencillo crear cuentas en sitios como eBay y Amazon y empezar a operar vendiendo artículos, o entrando en marketplaces como el de Facebook. Sin embargo, no es lo mismo crear una web de eCommerce, que emprender un negocio de eCommerce. Veamos las diferencias.

La facilidad para desplegar una web de eCommerce en un día, o incluso en pocas horas, nos lleva a una conclusión precipitada: podemos disponer de un negocio en funcionamiento en apenas 24 horas. La realidad es que, sí, somos capaces de «abrir» al público en horas, pero ¿dónde están los clientes? El equivalente en el mundo físico es diferente, porque una vez que abrimos el negocio empezamos (si hay suerte) a tener clientes.

El proceso de puesta a punto de la tienda física es largo y costoso, pero es un negocio desde el primer día. En el caso del negocio online, no siempre es así. Solo podemos hablar de un negocio online cuando entendemos que «abrir» la web es uno de los últimos pasos del proceso. Antes, mucho antes, irá la planificación, el estudio de mercado, encontrar a nuestro público, idear campañas de marketing y de publicidad, captar leads

Es factible facturar el primer día del negocio siempre que hayamos hecho los deberes oportunos. Si no lo hacemos, si empezamos a trabajar después de tener la tienda online abierta, lo pasaremos mal. Sí, podemos pensar en potenciar nuestra visibilidad gracias a los anuncios PPC (pay per click), y de hecho conseguiremos atraer a bastantes personas (dependiendo del presupuesto y de lo bueno que sea nuestro anuncio) de las cuales algunas se quedarán. Pero este es un camino inestable.

No podremos considerar que tenemos un negocio de eCommerce hasta que tengamos clientes que no nos cuesten dinero: pagar para tener clientes no parece un buen modelo de negocio, después de todo. Si un cliente tiene razones para volver a comprar en nuestro eCommerce, entonces estaremos mostrando características de negocio. Podremos decir que tenemos un negocio de eCommerce.

Estas son las tres barreras que hay que derribar para poder considerar que tenemos un negocio de eCommerce:

  • Tener una base de clientes que, además, regresen para comprar más veces.
  • Tener un bajo bounce rate, o porcentaje de rebote, en nuestra web, es decir, conseguir que los clientes que lleguen a nosotros a través de buscadores, se queden. Aquí tenemos recopilados unos cuantos consejos sobre cómo mejorar el bounce rate.
  • No perder dinero con cada transacción que realicemos. Este punto es peliagudo, porque significa que nuestro crecimiento debe ser sostenible y escalable. Empezar con «inversores» es peligroso; hacer descuentos o eliminar los gastos de envío supone perder dinero porque hemos de deducirlo del margen comercial.

No hay muchas diferencias a la hora de plantear un negocio tanto en el mundo físico como en el online: en realidad, ¡la apertura de la tienda o la web debería ser siempre el último paso antes de dar por iniciado el negocio!

Vía | The Balance


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