Aunque todavía no son mayoría, cada vez hay más «coches eléctricos de alquiler» en las grandes ciudades, una solución de ecomovilidad práctica y conveniente que permite realizar viajes cortos y pagar solo por lo que realmente se consume: minutos de alquiler.

En Madrid, los coches compartidos llegaron a finales de 2015 con Car2Go, una iniciativa del denominado car sharing que ya se ha probado en decenas de otras ciudades. Su flotilla de 350 vehículos se amplió a 500 coches durante 2016. Y recientemente, se han presentado los emov de Madrid, una flota de 500 vehículos de cuatro plazas, cuya alta online no requiere de presencia física y cuenta con una zona de servicio amplia de la que se puede salir siempre que se vuelva cuando termina el alquiler.

Según los estudios sobre esta iniciativa, los usuarios los conducen tanto por ocio (fines de semana) como por trabajo, principalmente de 12:00 a 15:00 y de 18:00 a 21:00. El tiempo promedio de los viajes es de 20 minutos y quienes hacen uso de ellos suelen ser conductores entre 26 y 35 años. A medida que el público se ha acostumbrado a ellos son cada vez más los profesionales que los utilizan con cuentas de empresa.

De cara a la ecomovilidad en la gran capital iniciativas como emov o Car2Go pueden reemplazar actualmente hasta mil vehículos convencionales o incluso más (el mismo coche pueden conducirlo varias personas en el mismo día). Esto supone una mejora de cara a evitar las emisiones contaminantes y una alternativa a los días en los que la circulación está limitada o prohibida en el centro. De hecho, estos vehículos se pueden aparcar en las zonas SER de la ciudad (zonas verde y azul) sin coste, gracias a un acuerdo con el ayuntamiento.

emov App

Hay que hacer algunos cálculos para ver si un alquiler de este tipo compensa: ir de una zona periférica al centro de la ciudad puede requerir 15 o 20 minutos, lo que serían unos 3 euros aproximadamente. Sin embargo, el mismo trayecto viajando cuatro personas en transporte público requeriría quizá 30 o 40 minutos y costaría 4 o 5 euros. Para viajes rápidos del tipo «ir, hacer algo, volver» puede resultar interesante; por ejemplo, puede salir sin duda mucho más barato para ir y volver al aeropuerto a recoger a alguien, hacer una «ruta de tiendas» o de visitas profesionales.


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