David Ferrante es propietario de una librería en la ciudad de Cleveland (EE.UU.). La abrió hace 15 años en un barrio popular, donde el comercio minorista ha ayudado a crear un sentido de comunidad entre los vecinos. El suyo, como otros pequeños negocios, encuentran en las grandes superficies y en el e-commerce una competencia que resulta difícil de afrontar. Por eso recibió de buen grado la llamada telefónica de Andrew Samtoy, cofundador del Cleveland Cash Mob: “Chris, vamos a organizar un cash mobbing en tu comunidad. ¿Quieres participar?”

Una semana después, casi 50 personas, convocadas vía Twitter, se reunieron para recorrer los comercios de esa zona. Cada uno tenía el compromiso de gastar un mínimo de 20 dólares (unos 18 euros). “Yo creía que no iba a funcionar, pero acepté porque era una época de poca actividad y pensé que no me iba a hacer ningún daño”, comentó el librero, que no conocía a muchos de los que ese día visitaron su tienda y que hoy ya son clientes habituales.

Esta fue una de los primeros Cash Mobs organizados por un movimiento que comenzó en las redes sociales norteamericanas hace aproximadamente un año y que, según el blog del abogado Andrew Samtoy ­–el pionero de estas iniciativas junto con el bloguero Chris Smith–, se ha extendido con éxito por todo EE.UU. y Canadá, para luego llegar a Austria, Gran Bretaña, Suecia, Corea del Sur, Australia, Italia, Alemania y Holanda.

La idea tiene su origen en los Flash Mobs, encuentros de jóvenes que quedan en las redes sociales para bailar, cantar o actuar en la calle. Gente como Samtoy y Smith adaptaron el concepto para ayudar a los negocios minoristas y mantener, según aseguran, el sentido de barrio como comunidad.

Samtoy da en su blog las sencillas reglas que debería cumplir un Cash Mob:

  • Debe ser anunciado vía Twitter al menos con una semana de antelación.
  • Se señala la zona donde se realizará, sin mencionar ningún comercio en concreto.
  • El gasto mínimo por persona será de 20 dólares.
  • El negocio tiene que ofrecer productos tanto para hombre como para mujer.
  • El propietario debe pertenecer a la comunidad local y dar su consentimiento previo.
  • Tendrá lugar por la tarde de un día entre semana o en fin de semana.
  • Las fotografías y vídeos del evento se colgarán después en la Red.

Durante el Cash Mob, Samtoy añade que tendrían que cumplirse otras dos condiciones indispensables: “Conocer a nuevos amigos y, quizá lo más importante, divertirse”.


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