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Los emails que escribimos, ya sea en forma de newsletter o de comunicación comercial de cualquier tipo, son una herramienta de marketing poderosa si sabemos sacarle todo el partido. Existen muchos consejos para sacar rendimiento a las newsletter, pero hoy vamos a conocer cuatro trucos que las harán todavía más efectivas.

Las newsletter son fundamentales para la comunicación con nuestros clientes y los potenciales, sobre todo porque nos permiten aprender más sobre sus preferencias y aprender a partir de la actividad que observamos en nuestras campañas. Hace falta establecer una estrategia adecuada, reaccionar y cambiar lo necesario para ofrecer una experiencia lo más personalizada posible y trabajar a diario.

  1. Una de las mejores maneras de aprovechar estas comunicaciones es segmentar correctamente los mensajes. Ofrecer a cada receptor un mensaje concreto adecuado a sus preferencias, de manera que la oferta (o lo que estemos promocionando a través del email) sea relevante para esa persona. Asimismo, los emails deben ser simples, no ofrecer demasiadas opciones y disponer de una llamada a la acción concreta, y si existe un proceso de compra, que sea lo más liviano y sencillo posible.
  2. Al principio tendremos muy poca información sobre los receptores, y más si son clientes potenciales. Por eso es muy importante aprender a interpretar los datos de análisis de las campañas de marketing. A partir de ellos sabremos sobre qué hacen clic, si abren o no la campaña, qué horas son mejores (las que muestran mayor actividad o mayor tasa de aperturas o clicks)… Podemos ensayar diferentes asuntos en el correo, y mucho más. Ese conocimiento nos va a servir para mejorar la experiencia, y por tanto la efectividad de la campaña.
  3. Diseña el siguiente email a partir de la reacción a uno anterior. Esto se conoce en inglés como «triggered emails«, y suelen responder a eventos (respuestas) como «Bienvenidos», «Gracias», el abandono del carrito de la compra o por una confirmación de algún tipo, por ejemplo. Son mucho más efectivos que los emails generales, y como es lógico no es conveniente abusar de esta técnica, pero bien estudiada nos permitirá mejorar las tasas de apertura, clic, y también la conversión.
  4. No dejes nada al azar en los mensajes, incluyendo el etiquetado correcto de las imágenes. Esto es algo que no se pone en práctica lo suficiente, y a veces la imagen del correo electrónico no se carga por algún motivo (y si por cualquier cosa caemos en la carpeta de spam, no se cargan nunca). Por tanto, cada imagen que enviemos debería disponer de un texto alternativo completamente descriptivo de lo que representa dicha imagen. La idea es que el receptor pueda hacer clic con la imagen, y también sin la imagen.

Estos pequeños trucos no nos darán mucho trabajo, y alguno de ellos se llega a automatizar con el paso del tiempo, una vez nos acostumbremos a buscar la mejor manera de conectar con un cliente basándonos en la experiencia anterior. La idea es la de siempre, dar al cliente lo que busca, y no darle demasiado trabajo en el intento.

Vía | Entrepeneur


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